Acuse de recibo
Sunay Pablos Quesada (calle 32, No. 754, entre 41 y Avenida Kholy, Nuevo Vedado, La Habana) denuncia en su carta «acciones negligentes de la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV) del municipio de Plaza de la Revolución, que han dejado en estado de indefensión a diez familias, las cuales han sido despojadas de su inmueble por un período de tres años».
Refiere que desde 2020 esas diez familias están exponiendo su situación ante disímiles instituciones a los diferentes niveles, sin que se le dé solución. Se limitan a derivar el caso a la propia DMV de Plaza, la que responde con evasivas y no busca una solución.
Precisa que en julio de 2020, y previo aviso por parte de una vecina, en varias ocasiones, a esa entidad de que su balcón se encontraba cediendo sin que atendieran al reclamo, este se desplomó, derrumbando también el balcón de abajo.
Entonces, la DMV envió una brigada de construcción, que en su nombre, y lejos de reparar el daño, debilitaron la estructura exponiendo al inmueble, al extremo de que hoy el edificio ha sido declarado inhabitable. Y, según especialistas, debe ser demolido y construido nuevamente.
«Hasta la fecha, afirma, hemos mantenido constante comunicación con la entidad responsable, la cual en meses anteriores nos aseguraba que este año procederían a realizar las labores de demolición y construcción.
«El pasado 2 de marzo, añade, y después del cambio de mando realizado en la entidad, en entrevista con la nueva Dirección, hemos sabido que no tenían conocimiento de nuestro caso. Y que no figuramos en el Plan de Demolición, como tampoco en el Plan de Obras Nuevas de este año.
«Tampoco tienen capacidad de ofrecernos una vivienda temporal. Y hemos estado como hemos podido cada uno en este período, incluso aún se encuentran familias en el edificio, a riesgo de perder la vida por no tener sitio.
«También me encontraba ocupando mi propiedad hasta que el 23 de octubre de 2020 sufrí un derrumbe y quedé atrapada. Pude perder la vida, y extravié mis bienes.
«Estamos en total estado de indefensión en la calle. Sin hogar. Sin que ninguna institución u órgano se haga responsable del mal proceder del que hemos sido objeto. Y peor: sin que nadie nos solucione el problema», concluye.
El pasado 26 de septiembre, y desde la ciudad de Santiago de Cuba, Yilian Carcasés Reyes denunció aquí que hacía ya un mes que las aguas residuales de las alcantarillas entraban a su vivienda, donde vive con dos niños.
«El portal está inundado, decía, y ya nos hemos caído en varias ocasiones brincando para entrar a la casa. He llamado a Aguas Santiago, a Comunales, al Partido. Y hasta hice la denuncia en redes sociales. Y aún continúo sin el accionar de ninguna autoridad de las entidades antes mencionadas. Es muy desagradable el mal olor que emana de esta situación», concluía.
Al respecto, responde Ludmila Rodríguez Barroso, directora general de Aguas Santiago, que el 10 de octubre pasado se visitó a Yilian, quien manifestó que no realizó reporte alguno a esa entidad, y se dirigió desde el primer momento a Juventud Rebelde, el periódico provincial Sierra Maestra y las redes sociales, planteando la situación provocada por una obstrucción en la línea central con retroceso de aguas albañales.
Se le comunicó a Yilian, añade, que desde el primer momento se revisaron los registros de control de los casos atendidos en nuestra entidad, donde no había evidencia de reporte de dicha obstrucción. No obstante, se procedió a la limpieza de los registros y tragantes existentes en la zona y se realizó la desobstrucción de la línea central, con apoyo del equipo especializado.
Concluidos los trabajos de limpieza y desobstrucción, indica, el 3 de octubre del año 2023 se visitó al cliente, quien firmó conforme con la respuesta ofrecida, modelo que consta en su expediente, termina.