Acuse de recibo
El pasado 26 de septiembre revelé aquí una respuesta de José Raúl Orosa Molina, director general de la Empresa de Saneamiento Básico de La Habana, a la queja publicada el 16 de agosto por Mariela Molina Rodríguez, desde Pedroso 237, entre Pasaje F y Final, municipio habanero de Cerro, sobre el desborde de aguas albañales en la esquina del edificio donde reside.
Orosa Molina refería, entre otros elementos, que en visita al lugar, se comprobó el vertimiento, y se les explicó a los vecinos que esa entidad tiene como objeto social la desobstrucción de tuberías interiores (dentro del límite de propiedad del inmueble, sea estatal o residencial) y la evacuación de residuales de órganos de tratamiento vinculados a estas líneas (fosas, tanques sépticos y otros).
En el caso de Mariela, para atenuar su situación, señalaba que se decidió realizarle un servicio de desobstrucción de líneas, lo que es una solución temporal. Y se toparon con la dificultad de que para ejecutar el servicio es necesario levantar la taza del baño, que está deteriorada. Y Mariela decidió no correr el riesgo de hacerlo hasta tanto no tenga otro mueble sanitario para reponer.
Orosa Molina añadía que se le dieron los teléfonos de contacto para que les avisara cuando todo esté preparado, para enviar el camión especializado a realizar el servicio, por lo que se continuará dando seguimiento al caso.
Y este redactor afirmaba: «Agradezco la respuesta de Saneamiento Básico en lo que le concierne, y solo queda que Aguas de La Habana atienda lo que le corresponde en cuanto al deterioro que presenta la red de alcantarillado allí, y responda también a esta queja publicada».
Pero Mariyorkis Medona Merencio, jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, desde días antes me había enviado la respuesta correspondiente de esa Empresa. Y se me había traspapelado. Me disculpo por ese desliz con ella y con Aguas de La Habana. Y la revelo:
Señalaba que, en visita realizada al lugar por el inspector de la Oficina Territorial del municipio de Cerro, Aldo León Ibáñez, se pudo constatar la existencia del vertimiento de agua albañal que afecta a la zona donde reside la promovente.
Precisaba que para descartar una posible contaminación del agua potable, se recogió una muestra de la que se
suministra por la red y va a la cisterna del inmueble, para ser analizada en el Laboratorio de Aguas de La Habana. Y el resultado fue negativo, por lo que puede ser consumida por la población.
«Se le explicó a la demandante, añadía, que la orden de trabajo fue formulada para que la brigada de la Base de Saneamiento Centro, utilizando el carro de alta presión ejecute la limpieza y desobstrucción del registro 24. Los trabajos se realizarán en la primera quincena de septiembre, quedando la queja en Pendiente de solución».
Carlos Quiala Nápoles (San Andrés s/n, El Caney, Santiago de Cuba) señala en su carta que hacía más de 15 días que allí no reciben la prensa, de la cual es suscriptor (Granma, Juventud Rebelde y Sierra Maestra).
Fue a la Dirección de la Zona Postal y a Atención a la Población de Correos de Cuba allí, y nada pudo solucionar. La respuesta fue que el cartero correspondiente pidió la baja.
«Después de pagado un servicio, señala, ¿no es responsabilidad de la entidad solucionar un problema del que los clientes no tienen culpa?».