Acuse de recibo
La situación insostenible y desagradable que está registrándose en la venta de combustible en el servicentro de Quintero, en Santiago de Cuba, es denunciada aquí en la carta que envía Gustavo Gutiérrez Romero, vecino de Cortés 106 B, entre Trocha y San Fernando, en esa ciudad.
Refiere el remitente que ese servicentro es el designado en esa ciudad para que adquieran el combustible los conductores de motocicletas particulares, que suman miles y son muy populares en una ciudad con el tamaño de Santiago de Cuba.
«Hay que estar en ese lugar, manifiesta, para observar y conocer de primera mano la magnitud del problema. Allí se puede constatar de todo: Hay veces que escanean la circulación del equipo, de manera que solo volverías a la cola transcurridos siete días. Eso está bien, pero resulta que no lo hacen con todos los poseedores.
«Otras personas compran varias veces con la anuencia de los que allí laboran, entiéndase autoridades del orden y trabajadores del servicentro. Proliferan los coleros y lo que trae esto consigo: otros puntos y vías de acceso para las amistades, el desorden, la falta de respeto al prójimo y la negligencia.
«El desinterés imperante en este lugar ante esta situación no tiene comparación. Es algo inaudito, y lo más triste es que no se aprecia la luz al final del túnel. Son mucho más de 15 horas que debes estar allí ante este complejo problema si deseas habilitar tu motor.
«Pienso que se debe avalar y estudiar, buscar alternativas y llegar a un consenso para resolver y dar solución a este problema, que puede generar otros. Pero, luego, que haya control, sistematicidad, responsabilidad e interés en su implementación.
«Se conoce muy bien la situación de nuestro país, en este caso específico con la escasez de combustibles, pero lo poco que se logre distribuir, que se haga como debe de ser: de forma regulada y con un exigente control ante tamaña desorganización», concluye.
Esperemos que se apliquen las medidas necesarias y sistemáticas para que se erradiquen tantos irrespetos y tropelías.