Acuse de recibo
El 21 de diciembre de 2022, y desde calle 140, No. 7158, entre 71 y 73, reparto La Quinta, Güines, Mayabeque, Luis Conde Ramos contó aquí que el 17 de marzo de ese año compró en una tienda en MLC del país un triciclo eléctrico por valor de mil 995 USD… Y a los seis días presentó dificultad en la carga.
Como está establecido, lo llevó al taller correspondiente en Güines, y le diagnosticaron que dos de sus baterías tenían afectación. Le prometieron que dentro de ese mes se las remplazarían por dos nuevas. Pasó el plazo y no fue resuelto el problema. Ni siquiera una respuesta telefónica.
Conde reclamó en las oficinas correspondientes en San José de las Lajas, y le indicaron que iban a tramitar esa situación y le darían respuesta telefónica.
«Varios meses después, decía, le informaron que no había baterías. Que la solución era entregar el triciclo y que le rembolsaran su valor. Triciclo en el que invirtió casi 15 mil pesos en ponerle techo y un asiento en la parte posterior.
«Esta es una situación que no entiendo, añadía, porque en el país se ensamblan estos equipos, y se venden constantemente en las tiendas en MLC. Por lo tanto, deben existir baterías y piezas para sustituir las afectadas. Ahora que estoy jubilado decidí comprar ese triciclo para mejorar mi vida, resolviendo mis necesidades y desplazándome… Espero que haya solución a mi problema en el nivel que corresponda y me den respuesta, pues solo seis días fue el uso que le di al equipo», concluía.
Nunca llegó aquí respuesta, y ahora vuelve Conde a escribir para relatar que dos días después de la publicación de su queja le comunicaron que iban a traer las baterías de Santiago de Cuba. Y llegaron cinco baterías para proceder al cambio, pero sucias y con aspecto de ya usadas.
Al reclamar Luis, le dijeron que se transportaron sueltas en la cama del camión desde Santiago, y por ello llegaron en esas condiciones. Y cuando fue el empleado del taller a montar las baterías, solo dos eran las que admitían carga. Pero se les dio carga a las cinco, y Luis realizó su primer viaje. Recorrió 19 kilómetros y volvió a sucederle lo mismo.
«Me parece que una vez más fui engañado, afirma. Reclamé de nuevo y respondieron que iba un contenedor con triciclos eléctricos, y el mío me lo van a cambiar. No pido cambio de triciclo, solo las dichosas baterías lo antes posible para que no me sigan afectando en mis tramites personales.
«Después me dijeron que no había baterías, y que tenía que devolver el triciclo; cosa con la que estoy en desacuerdo, porque lo necesito por todo lo que expliqué en el primer correo. Considero que en el país hay baterías, porque se ensamblan los triciclos y se han rentado muchísimos en la capital en estos últimos meses. En esencia, ¿cuál es la verdad y la solución? ¿A quién dirigirme para resolver mi problema?», concluye.
Las compras en MLC, decididamente un tremendo sacrificio para muchos cubanos, sin otra alternativa, no pueden dejar resquicio a la indefensión del consumidor. ¿Quién se dignará a responder por el engaño con las baterías usadas? ¿Quién va a explicar por qué la única salida es devolverle el dinero del triciclo y por qué no situarle las baterías nuevas?
En otro orden de cosas, debo disculparme públicamente, pues este martes 11 de abril publiqué la respuesta del Banco Metropolitano a la queja de Eudaldo Albertus Fernández, de San Miguel del Padrón, aparecida aquí el 15 de febrero. Respuesta que ya había publicado el pasado 24 de marzo.