Acuse de recibo
El pasado 8 de febrero, desde Alturas de Belén, en el municipio habanero de Marianao, Arístides Andrés Díaz Jiménez denunció aquí que llevaban más de 50 años sufriendo la falta de agua, pues viven en la punta de una elevación, y cuando no tiene presión el líquido no llega. Eso lo conoce Aguas de La Habana, decía.
«Cuando se llama para reportar, refería, cualquier argumento se atribuye, pero cuesta trabajo que aunque sea manden pipas, y manifiestan mucha insensibilidad por el problema.
«Porque si el que tiene que abrir, el valvulero, simplemente no abre, somos nosotros los que sufrimos esa falta. Ante tales hechos se necesitan cambios para que el primer cliente, que es la población cubana, sea respetado», concluía.
Una semana después, Arístides agradecía aquí la publicación, y contaba que había recibido dos visitas de Aguas de La Habana, con una persona nueva a cargo de ese territorio, quien manifestó que se le daría al asunto un trato diferenciado para solucionar el problema. Y significó que el 12 de febrero en la madrugada ya entraba el agua antes de la hora establecida y con presión.
Al respecto, responde Mariyorkis Medina Merencio, jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, que el inspector de esa entidad en Marianao visitó el sitio y lugar de referencia. «Y pudo comprobar, precisa, que existe falta de agua provocada por las bajas presiones en el impulsor que está ubicado en 84 y 47, el cual debe operar con una presión de 30 metros y en la actualidad se encuentra trabajando por debajo de su capacidad, con repercusión negativa en el abasto de esa zona por ser el punto más alto de Belén».
Además, añade, la cisterna del edificio se encuentra aproximadamente a 30 metros del límite de la calle, cuestión que provoca demora al momento del llenado. Y la zona afectada se encuentra incluida en un plan de pipas con un ciclo de siete a diez días.
Finalmente, refiere que se le explicó al recurrente que los funcionarios del territorio de Marianao continuarán dándole seguimiento a la situación.
Aunque se agradece la atención al caso, y es cierto que gravita la actual sequía en el suministro de agua, la respuesta hace pensar que han descubierto el problema por lo revelado aquí, cuando es un asunto que lleva bastantes años afectando a esa comunidad, con el conocimiento de Aguas de La Habana. Y no se esclarecen ciertos argumentos y señalamientos de Arístides sobre el proceder de la entidad al respecto.
Desde el reparto Dalcio Gutiérrez, en Bartolomé Masó, en la provincia de Granma, Roberto Muñoz Moreno afirma que lleva tiempo tratando de ver si por fin en ese municipio se deciden a dar solución al problema del agua presentado en el CDR No. 2 desde hace más de 12 años y que en los últimos meses se ha agravado aún más.
Señala que allí siempre ha habido problemas con el agua y en cada rendición de cuentas se habla del mismo tema y nunca dan una respuesta o posible solución. En ocasiones el agua falta hasta por más de tres semanas. Y tampoco ponen una pipa que lleve dicho líquido hasta las casas afectadas.
«Te cansas de plantear la situación a todos los organismos, y para ser sinceros, no te prestan atención. Te ignoran. No dan una respuesta y evaden todo tipo de intercambio con tal de no hablar del tema. En este CDR existen personas encamadas, enfermas, diabéticas, niños pequeños...», concluye.