Acuse de recibo
Enma Luisa Chiong Lam (Carretera a Gibara, kilómetro 7 y ½, Aguas Claras, Holguín) es una maestra de toda una vida que se jubiló antes de la reforma salarial correspondiente al ordenamiento monetario. Entonces, hacían falta maestros. Hablaron con ella, y no se fue de las aulas. Continuó con su compromiso pedagógico.
Pero llegó la reforma salarial, afirma, los salarios subieron, y muchos de los que se habían ido, de los que habían dejado las aulas en busca de mejores salarios, retornaron, trabajaron un año ahora y se jubilaron por el salario nuevo, con pensiones mucho mayores.
Eso hace tremenda diferencia, señala. Quienes nunca se fueron de las aulas aún cuando estuvieran jubilados, se les aumentó una cuantía que al final está muy en desventaja con respecto a la pensión de quienes se jubilaron ahora.
«La diferencia es enorme, precisa, ellos con unos 4 800 pesos y nosotros con unos 2 500. No es justo y debe revisarse. Consideramos que todos los que nos mantuvimos trabajando en las aulas en el momento de retirarnos debemos ganar lo mismo. Porque todos hacemos lo mismo. Incluso, nosotros más, pues al final nunca nos fuimos, y resolvimos un problema importante: garantizar maestros a todas las aulas.
«Nos dicen que ya nos ayudaron, pues nos van a incrementar el dos por ciento del salario actual por cada año de reincorporación; o sea, cien pesos como máximo. Eso es insuficiente y poco con lo que perciben los que hoy se están jubilando y tienen la misma edad y el mismo tiempo de trabajo que nosotros. No es justo ni agradecidos con tantos maestros viejos que aún estamos al frente de un aula».
Enma Luisa tiene esperanza de que se reconsidere esa igualación, «al menos con los que aún estamos en las aulas, reincorporados por más de cinco años, con 65 las mujeres y 70 los hombres; viejos pero firmes, solo pedimos que el día que tengamos que dejar de trabajar, lo hagamos con una pensión calculada por el salario que hoy recibimos».
Similares argumentos esgrime desde Carretera a Mayarí, kilómetro 3 y ½, San Rafael, en Holguín, el Máster Armando Domínguez Barrios, maestro con 70 años de edad y 50 ininterrumpidos de trabajo, quien permanece en las aulas sin un solo día de labor perdido, y hace sus cálculos:
«Quien trabaja hoy en Educación, aún cuando abandonó las aulas en busca de mejoras y retornó cuando mediante la reforma se subió el salario a los maestros, ese se jubila en 2022 con el 90 por ciento del salario actual (4 860 pesos). Y si los jubilados reincorporados que nunca dejamos las aulas nos vamos este año, nos vamos con 2 273 pesos.
«Y si ellos deciden permanecer cinco años más, como hicimos nosotros entonces, saldrán con el ciento por ciento de su salario actual: 5 400 pesos (3 217 pesos más que nosotros) Y ambos trabajamos por igual tiempo: 50 años. Y nos vamos con igual edad: 70 años.
«Creemos que es necesaria una revisión para los que aún estamos en las aulas y nunca nos fuimos, y no tenemos el mismo derecho que quienes se jubilan hoy, solo porque un año antes de la reforma tramitamos nuestra jubilación», concluye.
Natacha Ramos Cabrera (Calle 90 A, No. 4113, entre 41 y 43, Marianao, La Habana, viuda y paciente de Oncología escribe para felicitar a todos los vecinos y amigos de su cuadra, quienes durante toda esta etapa de tratamiento, y en medio de la COVID- 19, le han brindado toda su ayuda y apoyo, incluso hasta con los alimentos del día.
«Y muy especialmente, dice, a José Ángel Sian Durán, al que nos unió una entrañable amistad, y finalmente por su apoyo incondicional, dedicación, cariño y empeño, decidí aceptar como mi compañero para la vida, ya que ha hecho renacer en mi ese sentimiento tan hermoso que es el amor», concluye.