Acuse de recibo
Juan Antonio Hernández Pérez (Edificio 10-A. apto. 6, Comunidad Los Cocos, Playa Baracoa, Bauta, provincia de Artemisa) relata que a raíz de la ampliación del área urbanística allí, con 18 edificios más de seis plantas, en enero del actual año comenzó a fallar el suministro de agua.
Primero llegaba solo de madrugada a una pila baja. Y desde junio, ni tan siquiera eso, pero sí se recibe en la parte del reparto conocida como la ampliación.
Dicha queja, refiere, se le ha hecho llegar a la delegada de la circunscripción y a la presidenta del Consejo Popular. Y esta última ha planteado que el problema se resolverá cuando se logre arreglar el motor del tanque elevado.
«Hasta tanto, añade, no hay solución. Y nosotros los perjudicados, seguimos sin agua, cargándola desde lejos o pagando la pipa a 800 pesos para poder tener el preciado líquido, que tanta falta nos hace.
«Por la zona ni se ve la delegada ni a la presidenta del Consejo Popular buscando una solución al problema. Lo que sí puedo decir es que si se quiere se puede encontrar una solución transitoria sin tener que realizar gastos adicionales; solo tener sentido de pertenencia y familiarizarse con los afectados».
Juan Antonio no solo denuncia el asunto, sino que está dispuesto a dar ideas que de forma transitoria le pueden dar solución a la situación. Pero espera una actitud resolutiva por parte del Consejo Popular, el Gobierno municipal de Bauta o el Gobierno Provincial de Artemisa.
El pasado 14 de julio, y desde Cristina No. 1, entre Arroyo y Matadero, en La Habana Vieja, La Habana, Bernardo González Garrido contó aquí que en la calle Arroyo, frente al Mercado de Cuatro Caminos, hace año y medio se inició un trabajo de solución hidráulica para esa zona, que siempre ha sufrido severas inundaciones con las lluvias.
Pero los trabajos, decía, que han requerido grandes recursos tanto en materiales como en equipos, hace varios meses se detuvieron y ahí están truncas, llenas de escombros y de basura que arrastran las inundaciones de la zona y amenazan con tupir la nueva e inconclusa obra de desagüe, independientemente del polvo que obliga a los vecinos a vivir con todo cerrado.
«Al menos, las autoridades pertinentes que informen algo, afirma, las del municipio no pueden decir que no saben, porque lo ven a diario. ¿Por qué pasa esto?», concluía.
Al respecto, responde Mariyorkis Medina Merencio, jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, que el jefe de esa entidad en el territorio, Roidis Alba Texidor, realizó una inspección en el lugar y pudo comprobar que el tema no es competencia de Aguas de La Habana.
Refiere que se le explicó a Bernardo que «la obra del Pontón es un proyecto abarcador, para rescatar y dar
funcionabilidad al sistema de drenaje que comprende principalmente los municipios de Cerro, Centro Habana y La Habana Vieja, donde se continúa realizando acciones».
En tal sentido, añade, se ha dado mantenimiento al sistema existente, se han reparado tramos de conductos y tragantes, y se ha bajado la rasante de las calles en las zonas que lo requerían, para garantizar el escurrimiento. Los trabajos incluyen, además, la limpieza de los drenes a la salida de la Bahía de La Habana, lo cual, podría decirse, constituye la acción más significativa. Además, la zona del Pontón está identificada como de inundación, y bajo ese concepto se atiende.
Agradezco la respuesta de Aguas de La Habana, que sin ser la responsable de la obra, brinda información al respecto. Y la entidad encargada de esa importante obra (aún no sabemos a quién corresponde) bien podría responder por qué los trabajos están interrumpidos, y los escombros y basura se enseñorean allí.