Acuse de recibo
El pasado 21 de junio, y desde León 6, entre 1ro. de Mayo y Sariol, ciudad de Manzanillo, Granma, Luz Montero Castillo denunció aquí una triste historia de indolencia y desatención a los vecinos, quienes ya no sabían a quién recurrir luego de tantos reclamos.
Contaba que viven frente a un solar donde antes había un aserrío, el cual fue desmantelado hace varios años. Y esa área, a la entrada de la ciudad y a cinco metros apenas de sus casas, la convirtieron en un basurero. Hacía tiempo, decía, se quejaron al Gobierno, al Intendente, en la reunión de rendición de cuentas del delegado. Y el tema también se reflejó en el canal de televisión municipal.
Refería que quien dirige Servicios Comunales en Manzanillo había autorizado a los barrenderos y carretilleros a echar en ese sitio toda la suciedad, el fango y la pudrición que recogen de las calles, con el consiguiente mal olor y la proliferación de ratones, perros y gatos.
Y ante el reclamo de los vecinos, añadía, el directivo de Comunales prohibió a esos mismos trabajadores depositar basura allí. Pero la población, ya acostumbrada a verter los desechos en ese lugar, siguió depositando basura, mondongos de cerdos, animales muertos y escombros.
Cuando pasan unos meses y ya no cabe la basura, decía, va un tractor con una cuchilla y arrastra más para allá toda esa basura. Ese mismo día vuelve la
población a echar lo que trae. Y cuando van visitas, del municipio o hasta del nivel nacional, le pasan una cuchilla, lo limpian y le ponen un cartel que dice que se está construyendo un ranchón.
«Hace tiempo, añadía, le preguntamos a la delegada cuándo comienza esa construcción, y nos respondió que según Gastronomía no tiene presupuesto para esa obra. Y el basurero sigue ahí. Si el Presidente Díaz-Canel y el Gobierno están motivando a transformar los barrios vulnerables y trabajar para que prevalezca el orden y la limpieza, ¿cómo es posible que en Manzanillo se levante un basurero a la entrada de la ciudad, a cinco metros de nuestras casas, y los dirigentes no hagan nada?», concluía.
Al respecto, responde Rafael Benítez Guevara, director provincial de Servicios Comunales en Granma, que se comprobó, según análisis hecho por la Dirección de Servicios Comunales en Manzanillo, esa área en dos meses ciertamente fue un lugar de vertimiento de los barrenderos de esa zona, autorizados por el director municipal de Comunales. Y se le daba tratamiento diario con el cargador.
Refiere que «debido a la cantidad de quejas emitidas por la población y por estar este lugar en una arteria principal de la cuidad, se decidió no verter más desechos en esta área, realizando acciones de higienización. Y quedó restablecida la limpieza, que se ha visto afectada por indisciplina de la población, lo que genera el vertimiento desordenado.
Añade que «el Gobierno de ese municipio decidió realizar un recinto ferial en esa área, el cual se va a ejecutar en tres partidas, y pertenece a la Agricultura; ejecutor del proyecto. Y quedó actualmente el lugar restablecido y en buenas condiciones higiénicas.
«Por lo antes expuesto, señala, y dadas las investigaciones efectuadas de forma minuciosa y detallada a los elementos expuestos… la comisión creada al efecto, al igual que el que suscribe, que la queja promovida a esta instancia se declara con razón en parte y solucionada».
Agradezco la respuesta, y solo me pregunto por qué la queja se declara con razón en parte si lo denunciado por Luz lo confirmó el propio Rafael. Además, el director de Comunales en Manzanillo fue quien primero promovió un basurero en ese sitio, y nada se analiza al respecto en la respuesta.
Por demás, el basurero fue eliminado por la presión de los vecinos sobre todo, porque las autoridades municipales también lo permitieron, según lo expresado por Luz. Ya después, el mal estaba hecho, y hubo quienes siguieron arrojando desechos allí. Precisamente las autoridades públicas tienen un carácter educativo con su ejemplo primero que todo, para después poder exigir.