Acuse de recibo
El pasado 12 de enero, desde Yara, en la provincia de Granma, Adonis Lorente Chávez contó que el 29 de diciembre de 2021 intentó adquirir el pollo normado del mes en la bodega La Maravilla, de esa localidad. Y le dijeron que no había alcanzado, porque la tasa de merma en el peso que se aplica por el descuento del hielo no es suficiente; de modo que los últimos que llegan se quedan sin la mercancía. Y para colmo, en ningún caso la distribuidora había repuesto dichos «faltantes».
Él fue a la unidad básica de la Empresa Municipal de Comercio que atiende la bodega. Y la funcionaria que le atendió le informó que el suministrador es la unidad cárnica Raúl Chacón, de Manzanillo. Aplican una tasa de un cuatro por ciento por la merma del hielo; pero según le dijo, en los muestreos que ella hace la merma siempre está en un ocho o un nueve por ciento, llegando a faltar desde 40 hasta 90 kilogramos de carne de pollo.
En una ocasión, añadía Adonis, el Gobierno del municipio, ante el viejo reclamo de los consumidores, destinó unas cajas de las que venden de forma liberada para darle derecho a comprar a los que no alcanzaron.
«Si hay algo que se ha respetado en este país, expresa Adonis, a pesar de dificultades y carencias existentes, es la canasta básica. ¿Cómo es posible que no tenga solución este insólito caso? Considero que el asunto debe ser tratado en ese prestigioso espacio que tan útil ha sido durante años a la población, fundamentalmente ante el mal trabajo que castiga a la ciudadanía y que nadie le busca solución.
«Digo esto porque en lo personal he salido airoso en dos ocasiones en que los he necesitado, pero ahora creo que también lo estoy haciendo por un sinnúmero de consumidores que si por alguna razón resultan últimos no comen pollo», concluye.
Y este redactor decía: «Es vergonzoso e inaceptable que, en medio de tantos problemas con el suministro de alimentos por la canasta básica que tiene el país, el tradicional problema de la merma establecida para el despacho del pollo normado, a consecuencia del hielo acompañante, siga afectando a los consumidores».
Al respecto responde Alexander Riera Pérez, intendente municipal de Yara, que, según la comisión creada para investigar el caso, «es cierto que existe afectación por merma en el pollo mes por mes, ya que el proveedor factura un cuatro por ciento de merma, y en los muestreos que se realizan por la Empresa de Comercio, arroja un 9,12 por ciento».
Y añade que, «cumpliendo con las indicaciones de los directivos del Grupo Empresarial de Comercio de Granma (GECG), se confeccionó un expediente con las afectaciones por núcleos y consumidores, y hasta la fecha no se ha dado respuesta del pago de dicha merma.
«Por otro lado, en reunión efectuada entre la Dirección de la Empresa Cárnica Provincial y el GECG se acordó pagar la merma del pollo existente en el municipio. Comprobadas las acciones practicadas, la comisión declara con razón su queja y solucionada», concluye.
Agradezco la respuesta y la voluntad de enmendar el daño causado a esos consumidores. Pero el asunto trasciende al municipio de Yara y lleva años afectando a familias cubanas en cualquier sitio del país. La diferencia abismal entre la tasa de merma por hielo dispuesta por los distribuidores y la que registran los comercializadores del pollo pudiera ser una de las extrañas causas de ese misterioso fenómeno llamado «faltante», que tanto irrita.
Las incongruencias en la merma por el hielo son un asunto de larga data, que se debe investigar profundamente. Agradeceríamos una respuesta fundamentada del Ministerio de Comercio Interior, y la solución a este viejo problema de los «faltantes» que no faltan de nuestro argot comercial y tanto daño les causan a los consumidores; esos que, como mejor salen del embrollo, es aguardando pacientemente por el pollo que no alcanzaron.