Acuse de recibo
No calculó qué le vendría encima Reinaldo Anduiza Pena (Calle 9na. No. 1515, entre Entrada y 2da., reparto Antonio Maceo, Cerro, La Habana) el pasado 17 de abril, cuando una trabajadora de Aguas de La Habana revisó el contador de agua de su casa, y le pidió que abriera y cerrara el grifo del jardín. Ella comprobó que el contador funcionaba bien, y le informó que debía 1 214,85 pesos por lectura de consumo del 14 de abril, y otros más de 300 de anterior factura, que él desconocía.
Reinaldo sostuvo que, aun cuando el consumo fuera real, no debía enterarse así, sin conocimiento previo de cómo y cuándo se hizo esa lectura. Le dijo que no aceptaría sin antes presentarse en esa entidad para intercambiar algunos puntos en desacuerdo, que a continuación reproduce:
«¿Cómo es posible que se aplique una tarifa extremadamente alta sin una correcta divulgación de esta? ¿Cómo es posible que el consumidor se entere por casualidad que le aplicaron esa nueva facturación, tan alta, desde enero, y descubra en la segunda quincena de abril esa deuda, que equivale a más de un tercio del valor del salario?
«¿Cómo es posible que usted reciba un comprobante en enero de 26,35 pesos, ya pagado el sexto bimestre de 2020, y que eso sea un corte según ellos entre la vieja facturación y la nueva tarifa, sin ninguna explicación, y luego te digan que pertenece al período de diciembre de 2020? ¿Cómo puede entenderse una tarifa tan fuerte, que de hecho es progresiva, y que se aplique cada dos meses, si el salario es mensual y no progresivo, y las estimulaciones ahora son trimestrales, y aún no se han pagado por diferentes causas?
«Desde entonces leo el contador diario, no uso la lavadora y limpio cada diez días la casa. Y hasta descargo el servicio sanitario después de varios usos. Y me convenzo de que la norma está muy apretada, ya que estoy llegando a los extremos para vivir con un mínimo de higiene.
«Después de ir a la empresa en Palatino a abonar los trecientos y tantos pesos, no los pagué, pues dicen que aún no ha salido el comprobante del primer bimestre. Eso es falta de claridad. El documento tenía que estar impreso, aunque no se haya repartido por otras justificaciones».
Él sugiere que la lectura del contador sea mensual, como lo hacen la empresa eléctrica y la del gas; pues con una tarifa progresiva no debe cobrarse bimestralmente. Debe informarse al cliente el día de lectura del reloj, para que pueda verificar. No deben ser márgenes de diez días, ni hacer el corte cuando la empresa quiera. Y revisar la tarifa, pues la considera alta para los salarios actuales.
«Estoy en desacuerdo con la lectura hecha a mi contador: 71 metros cúbicos en un mes, la cual considero no tiene la seriedad que requiere un trabajo de este tipo. Desde el 17 de abril, sin usar la lavadora y limpiando cada diez o más días, ya consumí nueve de los seis metros cúbicos para un mes. Me pasé en un 50 por ciento de la norma: cien litros diarios», concluye.
Mario Tabares Hernández (Ermita 327, Apartamento 12, municipio de Plaza de la Revolución, La Habana) inició trámites oficiales para vender un auto de su propiedad, y en la primera gestión, en el Registro de Vehículos, le maravilló la eficacia y agilidad del servicio. Allí, precisa, por llamada telefónica el cliente reserva un turno con el día y la hora de atención. No tiene que hacer una impredecible y fatigosa cola, ni madrugar. Y recibió el certificado.
«Así, dice, no se aglomeran personas ni se corre el peligro de contagios, pues solo asisten quienes serán atendidos en cada horario bien definido. Salí de allí muy satisfecho y le transmito mis felicitaciones a ese colectivo por su trato, rapidez y calidad del servicio».
Pero todo se trabó en la segunda instancia: la Notaría de Plaza. Fue allí el pasado 21 de abril, y habían suspendido el servicio por la COVID-19. «Sería muy bueno que Notaría también lo hiciera así (como en el Registro de Vehículos). Si se toman las medidas necesarias y se cumple lo establecido por Salud para esos casos, no debe haber peligro de contagios.
«Esa institución, como parte del Sistema de Justicia, debería hacer honor a la justicia, y facilitar sus servicios lejos de prohibirlos, si en realidad existe la forma de hacerlo sin riesgos para la propagación de la pandemia.
Este redactor agregaría que tales turnos reservados por teléfono, y hasta por correo electrónico, pudieran extenderse en muchos otros servicios. Solo hay que pensar primero en el cliente.