Acuse de recibo
Maylin Rodríguez Fuentes (Calle 2, Edificio B, apto. 326, reparto Obrero, Guantánamo) considera que la Empresa Viajeros, encargada de comercializar los pasajes por vía marítima, tren y ómnibus nacionales, ha adoptado medidas restrictivas para sus clientes, que son su razón de ser.
Refiere que ahora esa entidad solo reintegra el pasaje reservado al pasajero que no puede viajar por razones de distinta índole, muchas imprevistas, 24 horas antes de la hora fijada de la partida. Y afecta sobremanera, teniendo en cuenta que esos pasajes no son baratos precisamente para el ciudadano promedio.
«¿Por qué cambiar algo que se encontraba bien instituido? ¿Por qué lejos de proteger a sus clientes, hace lo contrario? ¿Adónde va a parar el dinero de todos los clientes que como yo no pudieron viajar en la fecha prevista? ¿Acaso ese pasaje no se comercializa nuevamente? ¿Por qué la empresa adquiere ganancias dobles a costa de los clientes?», pregunta Maylin.
Luis García Peraza (Calle G no. 257, entre Línea y 13, Vedado, La Habana) relata que, muy cercano, en la azotea de lo que ha sido hasta ahora la Secundaria Básica Carlos J. Finlay (calle 11, esquina a G, municipio de Plaza de la Revolución) se ha acumulado agua de lluvia desde hace tiempo, al parecer por obstrucción de los tubos de drenaje pluvial. Y se ha fomentado un criadero de mosquitos que acosa a los vecinos de los alrededores de dicho inmueble.
Refiere que el pasado 21 de agosto fue a la Dirección Municipal de Educación de Plaza a alertar de tan grave situación. Y allí la inspectora Marilín Bajuelo le informó que esa secundaria radica ahora en el edificio contiguo, por la misma calle 11, y ya no les pertenece el de la esquina, el cual desde hace meses está en reparación y será utilizado por otra entidad, que no pudo precisar. Le sugirió preguntar en el Gobierno municipal.
De inmediato, Luis comunicó el asunto al funcionario del Puesto de Mando del Consejo Popular Rampa (calle 17, entre M y N), quien se comprometió a trasladar la información al Gobierno municipal. No obstante, Luis informó también al Gobierno municipal por conducto del Puesto de Mando de Calzada y 4, Vedado. Además, la esposa de Luis solicitó servicio de fumigación para las casas de los alrededores, afectadas por la proliferación de mosquitos. Y el delegado de la circunscripción fue informado de la situación.
El 24 de agosto Luis reiteró el alerta al Puesto de Mando del Gobierno municipal, insistiendo en la potencial peligrosidad de la proliferación de mosquitos en su casa y otras del área. Y acudió personalmente al Departamento de Vectores, en Calzada y A, para pedir que fueran a fumigar las casas cercanas a la exescuela. Allí le informaron que habían enviado una profesional al sitio para observar y tratar de solucionar la acumulación de agua. Él les ofreció su número de teléfono para que avisaran de la fumigación.
Luis afirma que la vecina de una casa contigua a la suya ha hecho similares gestiones para que fumiguen, destupan la obstrucción de los canales de drenaje pluvial en el edificio de marras, y eliminen el foco. «Hasta el momento de redactar esta carta, 25 de agosto, no hemos visto que se haya dado solución a la situación de la azotea del edificio de la escuela, ni han venido a fumigar», concluye.
Ramón Proenza Batista (Edificio 45, apto. 14, reparto Rolo, Moa, Holguín) cuenta que su papá fue internado en el hospital Guillermo Luis Fernández, de esa localidad, y desea agradecer públicamente a la doctora Lizandra Llorente Abreu, residente de 3er. año de Medicina Interna, «por su delicada atención con mi familiar y con todos los ingresados en esa sala».
Destaca Ramón que «desde que llegamos, ella se hizo notar en gran manera por su profesionalidad y buen trato hacia todos los que allí estaban hospitalizados».