Acuse de recibo
El pasado 19 de noviembre, y desde la ciudad de Camagüey, lanzaba aquí un S.O.S. Mayda López Cánovas, una señora de la tercera edad, jubilada y con limitaciones de salud, que vive sola en una vivienda en estado crítico.
Describía Mayda la casa, construida por sus padres 70 años atrás: tiene las instalaciones hidrosanitarias en pésimas condiciones, el techo de tejas criollas muy deteriorado («llueve más adentro que afuera»). Las paredes, infladas por la humedad. Algunas viguetas están rajadas, y las puertas y ventanas presentan un estado deplorable.
Precisaba que su solicitud de subsidio para arreglar la casa había sido denegada, con el argumento de que hay más casos con prioridad. «Comprendo, señalaba, y soy consciente de lo que representa para el país otorgarles a los más necesitados. Pero, ¿debo esperar a que mi casa se desplome? La Revolución no deja desamparadas a personas que económicamente no puedan asumir la reparación».
Al respecto, responde Nadieshda Guerra Avello, directora provincial de la Vivienda en Camagüey, que se entrevistó a la especialista que atiende Subsidios en la Oficina de Trámites Julio Antonio Mella, de la Dirección Municipal de la Vivienda. Y la especialista refirió que «no consta registrado subsidio a nombre de la señora Mayda López Cánovas».
Se le orientó a Mayda, señala, que debe esperar a que se abra nueva convocatoria de los subsidios y lo solicite en la Oficina de Trámites del Distrito Julio Antonio Mella, para que se valore su aprobación por el Consejo de la Administración Municipal (CAM). Y añade que en visita al domicilio de Mayda, se comprobó que es una persona de 69 años, vive sola y percibe una chequera de 395 CUP.
Aclara que en esa provincia todavía quedan familias afectadas por derrumbes totales de vivienda, en espera de que se les apruebe una vía de solución. Y en la ciudad de Camagüey, específicamente, todavía quedan pendientes de solución 594 casos, para los cuales el subsidio es una de las variantes, a aquellos que cumplen los requisitos del Acuerdo 8093 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros.
Explica que se orientó a Mayda presentarse en la próxima convocatoria para la valoración de su caso, al tiempo que agrega que «no obstante, la provincia cuenta con otros planes con la rehabilitación de viviendas, que serán evaluados por el CAM, previa valoración también».
Agradezco la respuesta, y la explicación de la compleja situación de la vivienda en la provincia y en la ciudad, con tantos derrumbes totales. Se afirma que no consta un subsidio registrado a nombre de Mayda, de lo cual infiero que no se lo han aprobado. Y ello converge con la afirmación de la señora, en cuanto a que su solicitud de subsidio para arreglar la casa le fue denegada.
Ojalá Mayda pueda clasificar antes de que su vivienda se le desplome, teniendo en cuenta que es una anciana sola, enferma y con una pensión incapaz de sustentar cualquier inversión en materiales y mano de obra. Tales casos son también prioridad en la política de subsidios del Estado cubano. Los que viven solos, están muy solos, y no es una redundancia.
Miriam Fernández Navarro (Acosta 309, entre San Mariano y Armas, Lawton, La Habana) cuenta que fue a visitar el panteón familiar en la Necrópolis de Colón y descubrió que le habían arrancado a este las cubiertas de mármol en los laterales y parte del fondo.
Afirma que no es el único caso, pues en esa área hay cerca de 15 panteones en igual situación. «Es un vandalismo total de delincuentes inescrupulosos», expresa, y añade que el funcionario de Atención a la Población del cementerio la atendió muy bien, y visitó el sitio de los hechos con ella. La volvió a citar para hablar con el director el pasado 6 de diciembre, pero ese día el directivo no se encontraba. Y aún no tiene respuesta.
«¿Hasta cuándo tenemos que aguantar a delincuentes, vándalos, depredadores y profanadores de tumbas? ¿Dónde está el Cuerpo de Seguridad que hay en el cementerio? Exijo una respuesta», concluye Miriam.