Acuse de recibo
Llevan semanas sin aire acondicionado los cubículos donde se realizan las hemodiálisis en la Sala de Nefrología del hospital Celia Sánchez Manduley de Manzanillo, dice Clara Oliva Aponte, residente en 5ta. Avenida No. 161, entre San Francisco y Dolores, en el reparto Vázquez de esa ciudad.
Clara es tía de uno de esos pacientes, y refiere que cada cubículo acoge a cinco de ellos, junto al personal de enfermería que los atiende. El tratamiento dura de tres a cuatro horas, y algunos , añade, no logran concluir la hemodiálisis, pues no aguantan el elevado calor.
Las altas temperaturas deterioran los equipos, de los cuales depende la vida de los hemodializados. Algunos han tenido que viajar a otros municipios a recibir el tratamiento por falta de climatización, y también por filtraciones en el techo, señala. Nada se ha resuelto aún, y Clara cuestiona si es tan difícil darle solución y priorizar el asunto para mejorar el tratamiento.
Milagros de la Caridad Hernández Alonso (calle 37 No. 1472, apto. 6, Nuevo Vedado, La Habana) es paciente del Instituto Nacional de Oncología y Radiología (INOR) desde 2002. Allí tuvo tratamiento quirúrgico, radioterapia y quimioterapia. Y aún le ponen sueros en la Sala Quimio ambulatoria de dicho hospital.
En esa sala, acota, el 8 de abril pasado no había ventiladores. «Nos dijeron ¡que no había CVP para cuidarlos! Hoy 24 de junio no hay ventiladores… y hay CVP». Hablaron con el jefe de turno y con Atención a la Población del hospital. Y siguen sin ventiladores.
«En estos momentos, dice, el calor es desesperante. Las altas temperaturas y la humedad hacen insoportable esta espera. Somos pacientes oncológicos, combatiendo esta enfermedad durante muchos años. Largas horas de espera… Mi suero es de los últimos casi siempre, ¡y sin ventilador!».
Tanto en uno como en otro caso, ¿es tan difícil mejorar las condiciones de ventilación? En el hospital de Manzanillo, ¿no hay aire acondicionado o split en oficinas o salones de reunión, que alivien a esos pacientes? ¿Qué se hace por resolver un problema que puede dañar los equipos de hemodiálisis?
En la Sala Quimio ambulatoria del INOR, ¿por qué sin ventiladores, si los pacientes permanecen horas allí, con las molestias y las penas de la enfermedad?
Desde la comunidad El Pedrero, en Fomento, Sancti Spíritus, Marlin Pentón Fernández cuenta que su hijo de 16 años padece dermatitis actínica crónica, el síndrome de la fotosensibilidad cutánea a radiación ultravioleta y radiación visible. No puede exponerse al sol, y ello lo obliga a hacer vida nocturna, explica.
Ella agradece la atención médica que él ha tenido desde que nació, y su educación hasta la enseñanza Secundaria por maestros ambulantes. Solo le preocupa la situación higiénico-epidemiológica que rodea
su casa hace más de seis meses, por una cochiquera en una casa vecina, cuyos de-sechos vierten hacia su patio. Se ha tratado el tema con ellos y no hay solución.
«Es imposible comer, dormir y respirar en mi hogar, o transitar por el área del patio. Ello multiplica el sufrimiento de mi hijo, que apenas puede sentarse a comer. Repercute sicológicamente en él, pues come con asco. Y apenas puede hacer sus ejercicios físicos en un pequeño gimnasio que el padre le improvisó en el patio, ante la vida de enclaustramiento que lleva. Mi temor es por su salud mental y física: inmunodeprimido, con asma crónica y pendiente de una biopsia de la piel».
El asunto no se resuelve, a pesar de que han recurrido a las autoridades de Salud y del Gobierno en el territorio: «Las autoridades de Salud expresaron que no se pueden personar aquí porque hay problemas con el combustible. Los de Higiene dijeron que era problema de Acueducto. También me presenté ante el Presidente del Consejo Popular y no hay respuesta para el problema. Es el pedido de una madre desesperada por una situación que puede agravarse, pues hay muchas enfermedades circulando. Mi hijo puede contraer una de estas afecciones», concluye Marlin.