Acuse de recibo
El 3 de noviembre de 2018, y desde la localidad mayabequense de Quivicán, Lidia de la Caridad Castro Barbier contó aquí que el 11 de octubre del propio año su nieta presentó dolores en las piernas, brazos y espalda. Y fue atendida en la localidad, donde le hicieron varios análisis complementarios, rayos X y ultrasonido, que, por suerte, tuvieron resultados negativos.
Al siguiente día, la nena continuaba con las molestias, por lo cual la familia la trasladó al cuerpo de guardia del pediátrico William Soler, en la capital, donde fue atendida maravillosamente por pediatras, otorrinos y ortopédicos, igualmente con resultados negativos.
Le indicaron a la niña estudios a partir del siguiente lunes 15 en la mañana, y al día siguiente, a las 8:00 am, ya estaba allí la familia de Quivicán. Recogieron los resultados y esperaron en la consulta de Misceláneas. A las 12 del día una enfermera dijo que la doctora atendería primero a los pacientes con turnos. Y una hora después informó que no se atenderían casos fuera de turno.
La mamá de la niña habló con la doctora, quien le confirmó que no atendería a nadie que no tuviera turno. La abuela le rogó a la médica, que estaban muy preocupados por la salud de su nieta y venían de muy lejos; incluso un transporte estaba esperándolos desde por la mañana. Y la respuesta de la facultativa fue la misma.
Al indagar por la oficina donde se podían reservar los turnos, le dijeron allí que estos «eran para niños que estuvieron ingresados en el hospital». Fueron, según la abuela, a la Vicedirección del hospital, pero no pudieron hablar con la Vicedirectora, pues se marchó hacia el laboratorio. Y la familia quedó desconcertada, ante la imposibilidad de concluir la atención de la niña.
Al respecto, responde el doctor Reinol García Moreiro, director provincial de Salud de La Habana, que una comisión provincial se entrevistó con Lidia de la Caridad, directivos y especialistas del hospital, y acometió la revisión documental de todo lo relacionado con el caso.
«Se constató, afirma, que los especialistas que atendieron a la paciente en cuerpo de guardia cuando acudió por primera vez, no orientaron adecuadamente al familiar para el seguimiento del caso por consulta externa».
Se evidenció que la especialista no asistió a la niña luego de concluir los casos programados, toda vez que los turnos deben ser respetados. Y para atender a pacientes sin estos, debe hacerse al final de la consulta, proceder que se incumplió.
Se verificó que la abuela de la pequeña con quien habló fue con la secretaria de la jefa del Centro Ambulatorio, quien le explicó que esta última estaba almorzando, y en cuanto regresara la atendería sin dificultad. Y al llegar esta, ya se habían retirado. Ambas trataron de localizarlas y ya habían abandonado la institución.
Precisa que no se constató violación en la atención por parte de la jefa del Centro Ambulatorio, toda vez que nunca llegaron a contactar personalmente con la abuela y el resto de los familiares.
Al valorar el caso, la comisión calificó la queja Con Razón, al identificarse incumplimientos en el proceso de atención. Al especialista de la guardia médica que en un primer momento no realizó la conducción de la paciente hasta llegar al diagnóstico y tratamiento oportuno, se le aplicó un descuento del 25 por ciento del salario básico de un mes.
Y a la doctora de la consulta de Miscelánea, quien al intercambiar con los familiares de la niña no efectuó la evaluación médica, se le aplicó un traslado a otra plaza de menor remuneración y condiciones laborales distintas por un año; además de socializar el caso con todos los profesionales y personal de servicio, para que hechos como estos no se repitan.
Se le ofreció respuesta a Lidia de la Caridad, y la paciente fue evaluada: tiene su tratamiento médico por parte de los especialistas del centro asistencial, concluye García Moreiro.