Acuse de recibo
El pasado 23 de septiembre, Liliet Cruz Padrón contaba desde Guanabacoa, La Habana, que su abuela Dulce María Arencibia, profesora jubilada hace 16 años, quiso reincorporarse al magisterio. Y al solicitar su expediente laboral en las direcciones de Trabajo y Seguridad Social y de Educación del municipio de Regla, donde se retiró, se le informó ¡que su expediente laboral había sido quemado!
Precisaba Liliet que el expediente no lo solicitó antes su abuela, porque entonces se le comunicó que al jubilarse este no era entregado, sino archivado. Y lo que alarmaba a la nieta es que nunca se le notificó la posibilidad de recogerlo, y que no quedara constancia en ninguna dependencia de los años que su abuela dedicó al magisterio.
Responde Zenaida Camacho Hernández, directora de Recursos Humanos en la Dirección Provincial de Educación de La Habana, que en investigación hecha con el jefe del departamento de Recursos Humanos de Educación en ese municipio, se comprobó que Dulce María, al inicio del presente curso escolar, fue allí a solicitar su expediente laboral para contratarse como maestra en Guanabacoa.
Quienes le atendieron, agrega, le dijeron que su expediente no se encontraba en la entidad. «En ningún momento le plantearon que el expediente había sido quemado, asegura. Sí le preguntaron porqué había demorado tanto tiempo para gestionar la entrega del documento, alegando ella que en aquel momento se había ido muy disgustada de ese municipio».
Refiere Zenaida que, a partir de las gestiones realizadas por el Departamento de Recursos Humanos en Regla, se comprobó que cuando la maestra se jubiló el expediente laboral se confería íntegramente al Inass para ese trámite, y este lo entregaba al trabajador personalmente. Pero ella nunca se presentó a recogerlo.
Informa que Dulce María Arencibia Morales fue contratada como maestra jubilada en la escuela primaria Ramón Poll Machado, de Guanabacoa, a partir de presentar un documento emitido por el Inass que le reconoce los años de servicios prestados en Educación, el título que la acredita como maestra y la Resolución Concesoria de jubilada.
«Consideramos que el procedimiento utilizado por Educación para el proceso de jubilación a sus trabajadores y contratar a los docentes jubilados que deseen reincorporarse, se corresponde con lo establecido. Se declara sin razón la reclamación, porque el expediente fue entregado para su proceso de jubilación», concluye.
Al final, más que el careo entre lo que dicen una y otra parte, lo importante es agradecer que las ansias de Dulce María de reintegrarse a las aulas tuvieron respuesta. Solo queda preguntarse qué hubiera sucedido si su carta no hubiera sido reseñada en esta sección.
Abel Maceo Limonte (calle General Suárez 28, entre Marta Abreu y Emilio Núñez, Cerro, La Habana) denuncia, en carta fechada el pasado 29 de septiembre, que vecinos de su barrio, incluido él, llevan cuatro meses sin servicio estable de gas manufacturado.
«Las tuberías del gas comenzaron a llenarse de agua y de pronto nadie tenía servicio, cuenta. Tras quejas de algunos vecinos en la oficina del ramo en el municipio, comenzó a llegar un camión a “sifonear”, término que emplean; es decir, a extraer el agua de las tuberías».
Pero la solución duró minutos, afirma. La explicación de Gas Manufacturado es que hay una rotura de Aguas de La Habana, y que hasta que esta no la arregle, ellos no pueden hacer nada.
«Yo mismo me reuní con el presidente del Gobierno municipal, y me dijo que había confrontado con los directores de Aguas de La Habana y del Gas. Y que al problema se le daría solución en breve tiempo. Hace de esto dos meses y nada».
Mientras, refiere, los vecinos tienen que apelar a soluciones disímiles, en su mayoría poco prácticas y hasta peligrosas, para poder cocinar.
«Se afecta así a niños y ancianos; y se les hace la vida más difícil a trabajadores y trabajadoras, que al llegar a sus casas en las tardes tienen que inventar para ver cómo hacen llegar un plato de comida a cada integrante de la familia. Nadie nos da respuesta y la situación persiste. Ni el Gobierno municipal, ni la Empresa de Gas, ni Acueducto encuentran la solución. ¿Hasta cuándo?».