Acuse de recibo
En nombre del Consejo de Vecinos del edificio E 14-2 (calle B entre 1ra. y 2da., microdistrito Guáimaro) escribió Erisdel Juviel Morell, quien preside esa entidad, para denunciar la ineficiente reparación que había sufrido el inmueble desde 2011.
Apuntaba el agramontino, cuya misiva publicamos el 2 de julio pasado, que las direcciones de Vivienda y Acueducto en el territorio no se ponían de acuerdo en ciertas responsabilidades para la culminación de la obra.
De igual forma señalaba la existencia de tupiciones en las tuberías pluviales, problemas en las redes hidráulicas, pintura sin terminar y la que se había dado, ya inservible.
A propósito responde Fruto Barba Vasallo, director de Vivienda en Guáimaro. Es cierto que la edificación de referencia se encontraba en plan de reparación integral en 2011, admite el funcionario. Y precisa que en ese momento no se le realizó reparación total de cubierta, pues sus vecinos arguyeron que no se mojaba. Solo se le hizo «el atesado en algunas partes» del techo. Asimismo se le terminó toda la carpintería.
«El organismo encargado de realizar el trabajo en este edificio fue EMSSV (no aclara la sigla), conocido como El Rastro», sostiene el directivo. De ahí que, según evoca, los habitantes presentaran quejas entonces ante la deficiente calidad de la reparación. La entidad se comprometió a arreglar los problemas y no lo hizo. Por esta y otras evidencias de mal funcionamiento la citada institución fue relevada de sus labores, y a cargo de la obra quedó la Dirección Municipal de Vivienda (DMV), apunta Fruto.
«En el caso de la conservación que se plantea, solo faltó por darle segunda mano a la parte trasera de dicho edificio, por problemas del andamio y no contar con el personal calificado para esto. Como es conocido, las pinturas en aquellos momentos no tenían la calidad que presentan hoy», expresa el Director municipal.
Refiere además que sí han chequeado las obras y se les han dado respuestas oportunas a los planteamientos de los lugareños. También, que ellos tenían y tienen parte en la ejecución y evaluación de las acciones constructivas, como lo establece la Resolución 4/91, Reglamento de edificios multifamiliares.
«Sobre las conexiones de las redes hidráulicas —detalla el directivo— se realizaron hasta la cisterna del edificio, la cual en aquellos años tenía una mejor presión, y las redes hidráulicas del municipio también contaban con una mejor calidad, lo que no pasa actualmente, debido a que ha crecido la población (...), unido esto a los negligentes que despilfarran el agua».
En este sentido, la DMV ha emprendido diversas acciones, argumenta el funcionario, pero no se han obtenido los resultados necesarios. Así se le solicitó a la DPV «una electrobomba que nunca le fue instalada a este edificio», aunque la cisterna de este se mantiene llena.
«Cuando atendimos en esta dirección al señor Juviel Morell, delante de su persona llamamos a la DPV sobre el asunto en cuestión y le explicamos muchas de las preocupaciones planteadas», rememora Fruto Barba.
Casi concluyendo su misiva, informa que la DMV «realizará la propuesta al Consejo de la Administración del municipio, para incluir este edificio en los planes de la economía en 2017, y proceder a su ejecución una vez aprobado».
Finalmente el Director municipal insta a las juntas de los edificios multifamiliares a que cumplan en cada instante su función y tengan en cuenta que la DMV realiza un contrato con cada propietario del edificio para que se realicen acciones en un tiempo previsto y con un margen legal de garantía, en el que deben circunscribirse las reclamaciones pertinentes.
Agradezco la esclarecedora respuesta. Hubiese sido pertinente que el Director aclarara lo alusivo a las cuestiones en que Acueducto y Alcantarillado y la DMV no concordaban, según la carta del lector. Esperemos que en el Plan 2017 de Guáimaro se incluya este inmueble y las acciones entonces tengan la calidad necesaria. Vecinos e instituciones han de velar por ello.