Acuse de recibo
Los cerdos vecinos; así titulé aquí el 25 de septiembre de 2014 la denuncia de Amalia Cordero, desde Morón, provincia de Ciego de Ávila. La remitente revelaba que en su barrio los criaderos de cerdos eran contiguos a las casas.
Por ello, señalaba, las tupiciones del alcantarillado aumentaban, además de las invasiones de moscas y el insoportable mal olor a todas horas.
Amalia afirmaba con razón que en esa localidad hay muchas zonas rurales donde hacer cochiqueras comunes y pagarles a custodios que velen por su seguridad, para estar infectando el área urbana y molestando impunemente a los vecinos.
Y refería que el canal de televisión local había informado que a partir del 1ro. de enero de 2014 tenían que desaparecer los criaderos de cerdos en zonas urbanas, pero eso no se cumplió.
A ello le agregaba que las calles de Morón estaban sucias, los vertederos llenos de basura y el alcantarillado tupido.
Fue ayer que llegó la respuesta al respecto de Yoenkis Tapia Valido, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Morón, quien se disculpa por la demora, «la cual se debió a la intención de demostrar con hechos concretos los resultados de las acciones acordadas».
Reconoce Yoenkis que todo lo denunciado es cierto, y explica que en la etapa más difícil del período especial, y como solución a los problemas alimenticios, se autorizó y permitió la crianza de cerdos en la ciudad.
Ello, admite, «ha generado frecuentes quejas de la población por el mal olor de los corrales y las obstrucciones al sistema de alcantarillado». Y ante las mismas, apunta, «se han efectuado acciones puntuales que llegan a la prohibición de la cría a la familia denunciada, desarrollándose en determinados momentos acciones más abarcadoras de eliminación de cerdos, como las realizadas en los repartos Militar y San Fernando».
Confirma que se informó la eliminación de la cría de cerdos en 2014, «la cual fue sustituida, a partir de reclamos de parte de la población, por permitir hasta dos cerdos, sin conexión al sistema de alcantarillado».
La práctica demostró, asevera, que no fue suficiente, «lo cual determinó la decisión, en el mes de septiembre, a raíz de los análisis realizados en el Puesto de Dirección Municipal de Sostenibilidad, de la eliminación total de los cerdos y otras especies ganaderas en la ciudad».
La decisión, que se informó en los medios de comunicación locales, fue pospuesta, ante abundantes llamadas y solicitudes, hasta concluir los días de fin de año. «El cumplimiento de lo acordado —asegura—, comenzará a partir de su organización, ya que no solo se actuará ante la tenencia de cerdos, sino también, como plantea al artículo 18 f del Decreto 272, contra el ganado bovino, caprino y equino».
En cuanto a la queja sobre la recogida de desechos sólidos, plantea que en el segundo semestre de 2014 se vio seriamente afectada por la rotura de tres de los cuatro carros colectores del municipio.
«El alquiler de otros medios, cuando fue posible, no logró la estabilidad en el cumplimiento del ciclo. Ello, unido a manifestaciones de indisciplina social, determinó la acertada apreciación de Amelia Cordero en relación con la basura. Con el apoyo de empresas del municipio y el esfuerzo de los trabajadores de Comunales, los cuatro carros funcionan, aunque con roturas ocasionales, propias de sus años de explotación», concluye.
Aunque tardía, la respuesta se agradece. Pero la misma nos hace pensar que se extendió demasiado en el tiempo la indulgencia gubernamental en el municipio, ante un mal que afecta la salud colectiva y es motivo de muchas molestias.
Las autoridades deben primero dar señales de control y rigor para luego exigirles a los ciudadanos. Es bien sabido que lo que se permite durante mucho tiempo, es sumamente difícil de revertir. No hay peor muro para hacer cumplir las ordenanzas que la costumbre y el hábito acumulados impunemente.