Acuse de recibo
El pasado 1ro. de agosto reflejé aquí las quejas de la lectora Mayra Sentí Pérez acerca de numerosas irregularidades, maltratos y deficiencias sufridos por ella y su familia en su estancia del 24 al 28 de julio en la base de campismo La Laguna, de la provincia de Mayabeque.
El desastroso inventario comenzó desde la propia llegada, cuando tuvieron que esperar una hora en la carpeta, pues las empleadas estaban almorzando. A pesar de que habían reservado una cabaña de seis personas en La Habana, solo quedaban de cuatro. Las empleadas les dijeron que ellas no tenían la culpa; que si no querían esa cabaña podían regresar a La Habana.
La cabaña que les dieron estaba ocupada por huéspedes. Tuvieron que retornar a la carpeta, y entonces le dieron otra, que, para colmo, no tenía llave. Volvieron y los trasladaron a una tercera.
En los cuatro días de estancia, solo el primero hubo actividad recreativa, y la sala de video estaba cerrada, sin ventilación ni asientos. El parque infantil lucía todo averiado.
El último día de hospedaje tuvieron que salir de la cabaña a las nueve de la mañana, pues a esa hora debía llegar el ómnibus. Pero eran las tres y todavía no había señales de él, sin que les dieran una explicación, y sin alimentos para todos los que partían, entre ellos varios niños y una embarazada.
«¿Por qué mentir a la población y decir que las condiciones están garantizadas?», cuestionaba Mayra.
Al respecto, responde el Consejo de Dirección de la Empresa de Campismo Popular Mayabeque, en cuya carta se expresa que «existió injustificada demora en la atención a la cliente, respuestas inadecuadas de las carpeteras y el sistema de alojamiento, y en consecuencia errores en la ubicación de su cabaña, provocando justificadas inconformidades en la cliente».
Se agrega en la misiva que «no existió adecuada supervisión del personal del Consejo de Dirección a la recepción, la actividad de alojamiento en general y la atención a las preocupaciones de los clientes». Además se asegura que «fue ejecutado el programa recreativo dispuesto y hubo incidencias en la transportación de los campistas, lo cual se analizó con la empresa responsable».
También se reconoce «el deterioro de determinadas áreas por la inadecuada aplicación de las políticas de mantenimiento y la no aplicación de medidas alternativas que propiciaran la vitalidad de las áreas de servicios».
Una vez evaluados todos esos aspectos, «por las violaciones evidentes en el sistema de carpeta y recepción, maltrato a la campista, respuestas inadecuadas y otras deplorables conductas», a las dos recepcionistas les fue rescindido el contrato de trabajo, y complementariamente se notificó a Turempleo las negativas actitudes de estas para que procedieran a darles baja como reserva laboral del Turismo.
«Por no mantener control del sistema de carpeta y recepción, no haber actuado con suficiente energía y con medidas resolutorias ante los problemas debidamente comprobados, así como no haber asumido desde sus cargos el déficit de recepcionistas que garantizara la realización de la actividad con calidad, fueron demovidas de sus cargos la recepcionista hotelera jefa de taller y la jefa de Brigada.
«Por no tener control del sistema de carpeta-recepción, no tomar las medidas pertinentes para garantizar que el cliente reciba en tiempo y forma la capacidad contratada, y permitir conductas inapropiadas en el desarrollo de las actividades de sus subordinados, se le aplicó democión del cargo a la subdirectora asistente de La Laguna.
«Por tener responsabilidad en la organización y supervisión de los procesos, se le aplicó al director del Complejo Abra-Laguna una amonestación pública.
«Para garantizar que hechos como estos no se repitan, se toman otras medidas de carácter organizativo y administrativo que fortalecen el control sobre la calidad de los servicios que prestamos a nuestros clientes, y están acordes al esfuerzo de nuestros colectivos por incrementar la calidad de nuestros campismos», concluye la respuesta.