Acuse de recibo
El pasado 20 de abril, la lectora Caridad Miranda Martínez, residente en calle 8, No. 164, entre Línea y Calzada, Vedado, La Habana, denunciaba la chapucería resultante de la reparación hecha en noviembre de 2013 a las aceras de la calle Línea del Vedado capitalino.
Falta de acabado, despilfarro, objetivos inconclusos, la secuela de zanjas y escombros abandonados, revelaban la falta de exigencia en la obra acometida por la Empresa de Nuevas Técnicas.
Caridad contactó con los directivos de esas fuerzas ejecutoras, y telefoneó al Departamento de Atención a la Población del Consejo de la Administración Municipal (CAM) de Plaza de la Revolución.
Como las respuestas demoraban, Caridad volvió a comunicarse con Nuevas Técnicas, pero nunca pudo volver a hablar con el gerente. Y en el CAM le indicaron que se dirigiera a la Unidad Municipal Inversionista de la Vivienda (UMIV), donde le corroboraron que ellos solo se ocupan de lo concerniente a las viviendas.
Volvió a contactar con Atención a la Población del CAM y los puso al tanto de la respuesta dada por la UMIV. Caridad se interesó entonces por el curso de su planteamiento, y en el CAM le respondieron que había sido tramitado, y ella debía dirigirse a Nuevas Técnicas.
Obstinada por tantos peloteos, vaguedades e indefiniciones, Caridad cuestionaba entonces:
«En el curso de los meses transcurridos, ¿cómo es posible que los jefes de estas brigadas no se hayan percatado de que la obra quedó inconclusa? ¿Acaso se hicieron mal los cálculos? ¿Qué rumbo tomaron los materiales que se dejaron de utilizar? ¿Por qué tanta indolencia?».
Y con bastante retraso, el 11 de septiembre pasado llegaba a Juventud Rebelde la escueta respuesta de Alexis Casal Garcé, subdirector de Redes Técnicas del Grupo de Inversión Vial y Coordinador de las Redes Técnicas de la Dirección Provincial de Transporte de La Habana.
Sí, escueta e insuficiente respuesta, para tantos cuestionamientos y emplazamientos hechos por la ciudadana Caridad. La carta apenas manifestaba:
«Le informamos que en el mes de mayo se ejecutaron en Línea y 8 y Línea y 16 trabajos de rectificación, dando respuesta con recursos a dicha queja. Además, se recogieron los escombros generados por la misma. Esta actividad fue ejecutada por la Empresa de Nuevas Técnicas, colectivo perteneciente al grupo Gecal de La Habana».
Eso fue todo: se rehízo el trabajo y borrón y cuenta nueva.
De seguro, Caridad, al igual que este redactor y el resto de los lectores, nos quedamos con los deseos de saber por qué no aparecieron respuestas hasta el momento. Respuestas que señalaran a quienes permitieron tantas chapucerías y descuidos. Respuestas con las medidas que se tomaron con los responsables de aquella chapuza. Respuestas de adónde fueron a parar los materiales que no se utilizaron.
Respuestas sobre el daño económico y el sobregasto de obra tan mal hecha. Del porqué del peloteo irrespetuoso de aquí para allá durante tanto tiempo. Y sobre todo, que Nuevas Técnicas asumiera enteramente su responsabilidad, y sincerara qué va a hacer para que tales desastres no se repitan.
Tampoco se sabe qué medidas tomó el Consejo de la Administración Municipal de Plaza al respecto, como representante de los intereses de los ciudadanos afectados por tales irregularidades.
Si entonces titulé la historia como Las infinitas consecuencias de una chapucería, ahora bien cabría resumir esta segunda parte como Las infinitas consecuencias de una respuesta inconclusa.
Así, al paso, no se esclarece ante la opinión pública la sana inquietud de una ciudadana. Así no se cumple con el mandato de responder a profundidad y con toda transparencia los planteamientos de la población.