Acuse de recibo
Las respuestas institucionales al paso, y tan breves, corren el peligro de legar demasiadas interrogantes colgadas.
Si usted lo duda, coteje la queja —reseñada aquí el pasado 27 de enero— de Alexander López, vecino de Pasaje R No. 78, en Georgina, Primero de Enero, Ciego de Ávila, con la respuesta al respecto que hoy brinda Nelson Hernández González, director de Comercio en esa provincia.
Alexander contaba que el 13 de enero su cuñada compró, al precio de 120 pesos moneda nacional, un par de zapatos marca Pionero, en la tienda mixta del Consejo Popular Georgina. Y a los cuatro días estaban completamente despegados.
Señalaba Alexander que su cuñada fue a la tienda y allí le dijeron que no podían devolverle el dinero ni tampoco cambiarle los zapatos. Y cuestionaba el remitente que no existiera una protección al consumidor. «¿Por qué se venden productos de tan mala calidad en CUP? ¿Cómo es posible que, significando la tercera parte del salario de un mes, no haya posibilidad de resarcir tan mal servicio?», concluía.
He aquí la respuesta del Director de Comercio en la provincia.
«Se creó una comisión por la Dirección Provincial de Comercio y especialistas de la Empresa de Comercio del municipio Primero de Enero; se realizó una entrevista al consumidor afectado en su domicilio, y él nunca se dirigió a la tienda para que le cambiaran el calzado. Luego nos personamos en la unidad, y los zapatos fueron cambiados a gusto del consumidor, quedando este satisfecho».
Si bien al final fueron cambiados los zapatos —un elemental acto de justicia—, la telegráfica misiva provoca más incertidumbres que certezas. Primero que todo, la carta la suscribió Alexander, quien no era el consumidor afectado, sino su cuñada. Pero él lo contó, se responsabilizó con la historia. ¿Cómo es posible que, en la respuesta de Comercio, se consigne que se entrevistaron con él, y reconoció que nunca fue a la tienda a que le cambiaran los zapatos? ¿Se habló con ella? ¿O es que Alexander manipuló la historia de su cuñada y la aderezó con imaginaciones?
Lo más importante, la indefensión del consumidor, no se profundiza en la carta. Tampoco se responden las preguntas del remitente, en cuanto a la pésima calidad de productos que se venden en CUP, la moneda en que cobran sus salarios la gran mayoría de los trabajadores cubanos.
Quizá no era el Director Provincial de Comercio de Ciego de Ávila la persona con todos los elementos para esclarecer una inquietud que preocupa a muchos consumidores, por la frecuencia con que estos se ven estafados ante las precoces roturas de muchos productos sin calidad y nada baratos. Quizá esta breve historia de unos zapatos de cuatro días merecía una explicación profunda de quienes, por su jerarquía, tienen la responsabilidad de dirigir, proyectar y controlar la política del comercio minorista en el país, y también la misión de proteger al consumidor.
El corazón salva, la sensibilidad cura. Bien lo sabe Fidel Arístides Fornaris (Calle 12, No. 4, reparto Siboney, Bayamo), quien escribe en nombre de un grupo de pacientes que estuvieron ingresados en el Centro de Atención al Diabético de la provincia de Granma, del 3 al 7 de octubre del pasado año.
Fornaris destaca la esmerada atención de esa unidad asistencial: «Desde la recepcionista hasta el director tienen una enorme sensibilidad para el trato con los pacientes. Salimos de allí con los conocimientos suficientes para vivir con la enfermedad y tener la calidad de vida necesaria, para incorporarnos a nuestras labores cotidianas».
Siempre hay alguien que saca la cara por el respeto y la protección al cubano. Gracias.