Acuse de recibo
El tratamiento inflexible y ciego, sin búsqueda de alternativas de solución, se ampara casi siempre en «lo que está establecido». Pero si «lo que está establecido» no deja margen a una atención individualizada en situaciones excepcionales, entonces hay que revisarlo por inflexible.
En el pueblo villaclareño de Esperanza, el 30 de agosto de 2010 Evelio Manuel González «se iba en diarreas», y la doctora le prescribió metronidazol y sales de rehidratación. En su carta, publicada el 21 de noviembre, contaba que su abuela fue con la receta a la farmacia 693 y allí no le vendieron el metronidazol porque esta debía tener la misma letra que el diagnóstico médico. Es una circular de arriba, dijeron.
Evelio Manuel no entendía cómo, en situación urgente, se puede negar una medicina por una orientación. Al final, tuvo que curarse con cocimientos. No está en contra del necesario control, pero no al extremo de hacer peligrar la salud de un paciente en ese instante.
Responde la doctora Regla Luz Angulo, directora de Salud en Villa Clara, que si bien el personal de turno en la farmacia actuó de acuerdo con una Circular Provincial sobre Control de Dispensarización, no buscó alternativa alguna para solucionar la situación.
Aunque la receta tenía irregularidades —la ilegibilidad del cuño de la doctora y la ausencia de la impresión diagnóstica— «hubo falta de responsabilidad y comunicación por parte del personal de la farmacia, lo cual motivó que el paciente no pudiera adquirir el medicamento», refiere. Y señala que esas anomalías no quedaron registradas tampoco en el Libro de Incidencias de la farmacia.
Precisa que la prescripción de los medicamentos fue realizada por una interna, sin previa supervisión de su tutora. A esta, la doctora, se le aplicó una multa del diez por ciento de su salario; y se le llamó la atención al turno de la farmacia en reunión con todo el colectivo del centro.
También informa que «se derogó la Circular Provincial sobre Dispensarización en Farmacias, relacionada, entre otros aspectos, con los requerimientos de las recetas para la venta de los medicamentos, la cual ya se encontraba desde hace varios meses en proceso de revisión».
Parece que la Circular removida era bastante «cuadrada».
La Feria de Carlos III, en la capital, fue cuestionada el 20 de octubre de 2010 por Raúl Torres, quien reside precisamente en esa arteria. Enjuiciaba el impacto medioambiental de la misma cada fin de semana y las molestias a los vecinos, en especial los desperdicios, tierra colorada y olores desagradables.
Asegura ahora Carlos González, coordinador de la Feria por la Unión de Empresas de Comercio y Gastronomía de la capital, que la cita comercial «a pesar de muchos comentarios para bien y para mal, en gran medida ha contado con la aceptación popular, y a ella concurren los fines de semana alrededor de 300 000 personas».
Reconoce que ha generado problemas, los cuales se han tratado de ir solucionando, como el impacto medioambiental. En cuanto a la limpieza, se han tomado medidas en las áreas y se ha llamado a los trabajadores para que cooperen en tal sentido. También han accionado sobre la contaminación sonora, definiendo la utilización de la música solo en áreas limitadas. Se trasladó el parqueo y la venta en camiones, que se aglomeraban en la senda de las viviendas y obstaculizaban el paso de vehículos y de los vecinos. Se reabrieron tres sendas al tránsito.
Informa asimismo que en el presente mes las ferias provinciales y municipales con ofertas agropecuarias, comerciales y gastronómicas, se realizarán solo el último fin de semana en las áreas conocidas: Carlos III, Parqueo del Latinoamericano, Plaza Roja de 10 de Octubre, y calle 13 de Playa. El resto de los municipios realizarán las suyas donde estén ubicados los Mercados Estatales Especiales seleccionados por cada territorio.
Consigna que para el resto del 2011, se informará oportunamente a la población cómo será, pues ello obedece a poder asegurar los recursos y medios que se movilizan para garantizar esas actividades.