Acuse de recibo
Setenta y siete años tiene Israel Portieles Salabarría, y 73 su esposa. Operación de cáncer de próstata y lesiones del corazón son algunos de los achaques que los azotan. Y una delicada situación de vivienda.
Él, que firma la misiva por ambos, sabe que «en materia de construcción la lista es interminable» y no quiere solucionar su problema «por encima de otras prioridades», más cuando el país hace malabares para sortear los efectos de la crisis. Pero aun así se decide a escribirnos...
La vivienda de Israel y su señora fue afectada por el ciclón Michelle, en 2001. Desde entonces habitan en «una casita con pésimas condiciones, construida con pedazos de tablas de palmas viejas, fibrocem y trozos de pisos, restos de la anterior», en Calle Campo Florido, Nro. 1, Guasimal, Sancti Spíritus.
El futuro nuevo hogar de la veterana pareja, solo ha llegado a las alturas del arquitrabe «después de infinitas gestiones y peloteos, de respuestas no convincentes por parte de técnicos, jefes de brigadas de la construcción y otras autoridades del Poder Popular de la localidad de Guasimal.
«El caso es que no tengo la menor idea de cómo terminar mi casa», se duele el remitente. Y nos habla del sentimiento de impotencia constructiva que siente solo contando con su chequera de jubilado. «No puedo buscar otras vías que, en estos tiempos, son fatalmente más rápidas», cuenta.
Y este redactor confía en que entre las mil urgencias que las autoridades deben enfrentar diariamente, habrá oídos receptivos para quienes ya van de regreso, con el boleto de la vida marcado.
Imágenes de la esperaCasi sin ninguna confianza en volver a ver un televisor en su hogar, nos escribe desde Ciudad de La Habana Raúl Ubieta Valmaña (Velázquez, Nro. 2620, entre Paula y Otero, Reparto Jacomino, San Miguel del Padrón).
Cuenta Raúl que en el mes de mayo de 2008, su televisor se quemó debido a un alto voltaje. A partir de ese momento, las únicas imágenes que ha visto este capitalino son las de los trámites y dilaciones.
El equipo dañado, refiere el remitente, fue adquirido en Habaguanex y es un RCA Víctor de uso. No tiene repuesto, ni arreglo, pues se quemó la pastilla inteligente. Raúl acudió personalmente a la OBE de San Miguel del Padrón y allí habló con el Director, el cual lo atendió con amabilidad.
Luego, le comunicó el caso al Jefe de Daños y este último afirmó que había que hacer la Notificación Técnica (NT). Así se hizo. Es de notar —advierte asombrado el usuario— que quien no sepa este procedimiento pierde todo el derecho de reclamación. Y tiene 72 horas para ello.
El Jefe de Daños le dijo a Raúl que la reposición «estaba en alrededor de un mes».
«En septiembre, después de presentarme allí más de seis veces, me dijeron que los que habían llegado para reponer eran de 14 pulgadas y el mío era de 19, que esperara para principios de año, porque iban a entrar unos Panasonic de gran calidad. Yo de ingenuo le creí. A esto siguió una segunda Notificación Técnica.
«A los 15 o 20 días del mes de enero fui a verlos de nuevo y esta vez se hizo evidente el famoso “peloteo”: que si la empresa no ha mandado nada, que si había otros casos antes que yo; en fin: ilimitadas excusas y ninguna esperanza de ver resuelto el problema».
Molesto con las evasivas, el afectado les manifestó a los representantes de la Empresa que si no cumplían con su obligación él tampoco asumiría la suya: el pago del recibo de consumo mensual. «Pero ahí sí están creados todos los mecanismos de protección, apunta Raúl. ¿La respuesta? “Si no lo pagas, te corto la luz”. Es decir, la empresa incumple y no pasa nada, quien no puede incumplir es el usuario»...