Acuse de recibo
Al matancero Julián Sardiñas Pino se le mezcló aquella noche el desconcierto con la ira. Este vecino de Agramonte, en Jagüey Grande —cuya queja publicamos aquí el 9 de abril último— presenció cómo un grupo de personas aguardaban a la intemperie, en la Terminal Interprovincial, el transporte hacia distintos puntos de la Atenas de Cuba.
Había entre los dispersos por las afueras del centro, embarazadas, mujeres con niños de brazos, personas mayores... Una mujer que se dirigía a Colón le pedía a la empleada que se encontraba dentro de la Terminal que les abriera, para ellos poder guarecerse del frío y el viento nocturnos hasta que llegara el ómnibus Habana-Colón, roto en Madruga.
Pero la mujer respondía que no, en virtud de una resolución del Ministerio de Transporte que prohíbe abrir las terminales en horario nocturno. Hasta la 1:30 de la madrugada el remitente y su suegro observaron indignados la lamentable escena. En su misiva, Julián terminaba preguntándose: ¿Acaso hay transporte permanente para que los ciudadanos no hagan estancia en las terminales? ¿Qué función cumplen entonces estos centros?».
A propósito responde Juan A. Blanco Caballero, director general de ASTRO. Explica que su empresa trabaja en un programa de reparación que incluye la totalidad de las terminales y agencias que poseen en todo el país.
Ya han sido reparadas algunas como las de Pinar del Río, Varadero, Santiago de Cuba y Baracoa. En el caso de Matanzas, se encuentra en ejecución el proyecto reconstructivo, precisa Blanco Caballero.
Debido al mal estado de la instalación, argumenta el funcionario, «se había cerrado el salón de espera, pero inexplicablemente no se habilitó para el horario nocturno el salón de reservaciones para que tuvieran acceso los viajeros que esperan los ómnibus.
«Por estas negligencias, que fueron analizadas por el Director general con el colectivo de dirección y trabajadores de dicho centro, se aplicó una amonestación pública al Vicedirector comercial, que se encontraba en funciones al frente de la Terminal y a la portera que desinformó a los que allí se encontraban».
Es totalmente incierto —sostiene el Director de ASTRO— que exista una resolución para prohibir la apertura de las terminales durante las noches. «Lo indicado es precisamente proporcionar cada día mejores comodidades a los viajeros».
También le fue aplicado un señalamiento crítico al director de la Empresa de ómnibus ASTRO Matanzas, y «de manera inmediata se habilitó el salón de reservaciones para el horario nocturno, hasta tanto se repare el salón de espera», concluye Blanco Caballero.
El dolor de DoloresDolores Évora (calle 32, No. 17, La Campañita, Cumanayagua, Cienfuegos) nos escribe preocupada por lo más sagrado para cualquier madre: el futuro de sus hijos. Uno de ellos —Yasniel Álvarez Évora—, acaba de quedar fuera del empleo que realizaba.
El joven, que solo alcanzó el primer grado debido a un retraso mental moderado, trabajaba desde hacía 16 meses en el taller socio-laboral de Cumanayagua, donde le pagaban un estipendio de 85 pesos, igual que a otros 12 jóvenes con características similares, refiere Dolores.
En el centro los muchachos elaboraban objetos útiles, como juguetes para los niños de círculos infantiles, cajitas de cumpleaños, etc.
Pero ahora, con el argumento de que «no hay recursos para pagarles» les han cerrado el empleo.
Y la madre —dolida como su nombre— recuerda el daño emocional que causan medidas tales. Y apela a lo que ha sido divisa perenne en nuestra sociedad: la oportunidad a quien más la necesite.
Este redactor también se pregunta qué pesará más: la necesidad de oficios y manualidades del país junto al apoyo social a un joven, o la racionalidad de no desembolsar un modesto estipendio... Esperamos respuesta.