Acuse de recibo
Son frecuentes aquí las quejas de cooperantes cubanos que, ya de vuelta en el país, o estando todavía en el extranjero, escriben para denunciar la lentitud con que sus envíos desde el exterior son tratados en puertos cubanos.
Un caso sintomático reflejé aquí el pasado 23 de septiembre: Manuel Silva, de la ciudad de Santiago de Cuba, quien permaneciera en Venezuela por cuatro años y retornara al país en diciembre de 2007. Hacía dos meses y medio, cuando me escribió, que sus cargas habían sido chequeadas en el puerto de La Habana, pero continuaban allí. Y mientras tanto, él continuaba esperando por ellas en Santiago de Cuba.
Al respecto, responde la capitana Maritza Marrero, directora de Transporte Marítimo y Fluvial del Ministerio del Transporte, quien aclara que «esa carga sufrió demoras en el proceso logístico de transportación desde el puerto de origen (Venezuela), y arribó a Cuba por la Terminal de La Habana el 20 de mayo de 2008». Y confirma que fue chequeada en el Centro de Agrupe y Desagrupe de la carga no comercial, proceso que concluyó el 24 de julio.
Aclara la directora que la extracción y entrega de la carga no comercial (envíos de los cooperantes) en el puerto de La Habana, es un proceso en el que intervienen la Aduana General, el MITRANS y los representantes de los correspondientes organismos. Hoy es mucho más complejo que antes, por el incremento considerable de personas que cumplen misiones en el exterior.
La mayoría de esos envíos, precisa, arriban vía marítima al puerto de La Habana agrupados en contenedores, que luego deben ser despachados por la Aduana. Ello requiere tiempo, para ir evaluando cada caso en los centros de agrupe y desagrupe, de acuerdo con lo regulado.
Y el mayor obstáculo para esas operaciones, subraya la funcionaria, han sido los requerimientos de medios de izaje especializados y de transportación de los contenedores, tanto en el Centro de Desagrupe de TRANSCARGO, como en los Centros de Carga y Descarga (CCD) en las provincias.
Asegura Maritza que el país no cuenta con los medios de izaje especializados para garantizar esas operaciones, los cuales son muy costosos, y deben emplearse en todas las operaciones de cargas contenerizadas de importación y exportación, vitales para la economía y el bienestar del pueblo.
«La intensidad de las operaciones —agrega— y las condiciones no adecuadas de los terrenos en los CCD donde operan estos equipos de alta tecnología, traen consigo roturas o averías frecuentes, disminución de su disponibilidad técnica y alargamiento del ciclo logístico».
Y para disminuir el costo de las operaciones y evitar el pago en divisas por concepto de estadía, de los contenedores de armadores foráneos —por lo general los que traen esas cargas— se decidió que una vez arribadas a puerto, desagruparlas y agruparlas ordenadamente por provincias de destino, pero en contenedores propios, de entidades cubanas. Es entonces, cuando, por medio del transporte multimodal, son enviadas a sus destinos respectivos.
En el caso de los contenedores que contienen los bultos de cooperantes que residen en las provincias orientales, son enviados por cabotaje marítimo por medio de las navieras extranjeras que prestan servicio, lo cual está sujeto a los intereses comerciales de sus armadores. Ello trae consigo inestabilidad en el cumplimiento de los plazos de entrega.
Específicamente, consigna, desde septiembre ha habido dificultades en el embarque de dichos buques. Les han ofertado tres fechas diferentes; y la primera la cancelaron por falta de espacio, la segunda por cambio de destino del buque, y la tercera finalmente se ofertó para el pasado 15 de octubre.
Cuando respondió Maritza, el 10 de noviembre pasado, ya se encontraban los contenedores ubicados en el puerto de Santiago de Cuba, para efectuar las operaciones de entrega a los clientes.
La directora concluyó informando que, como parte del proceso de recuperación del transporte, y para darles soluciones definitivas a situaciones de transportación de cargas como la tratada, se viene ejecutando un proceso inversionista para adquirir los medios técnicos y materiales que requieren esas operaciones, y así poder disminuir el ciclo de entrega a los clientes.