Acuse de recibo
No siempre la queja lleva razón. Por eso es vital que llegue a tiempo la respuesta con todos los elementos, para esclarecer el asunto; como hoy hace Mario Miranda, director de Formación y Desarrollo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, a raíz de la denuncia de Aurora Reyes, reseñada aquí el pasado 15 de enero.
Entonces, Aurora señalaba constantes irregularidades enfrentadas por su hijo, Roberto O. Alberterie Reyes, estudiante de la Sede Universitaria Municipal de Cueto, provincia de Holguín, para cobrar su estipendio correspondiente, como continuidad del Curso de Superación Integral para Jóvenes.
Al respecto, refiere Miranda que, ante lo publicado, se creó una comisión investigadora, que formaron el Vicepresidente del Consejo de la Administración Municipal (CAM), el Director de Trabajo del territorio y la especialista que atiende el Curso de Superación Integral para Jóvenes.
La comisión comprobó que en octubre y noviembre de 2007 el pago a Roberto fue reintegrado al Banco después de largos períodos de espera. En octubre el joven no se presentó a cobrar, a pesar de que el estipendio permaneció 12 días hábiles en el centro. El de noviembre tampoco fue a cobrarlo, a pesar de que tuvo 34 días para hacerlo, juntamente con el del mes anterior. Ya en diciembre, Roberto cobró a tiempo el correspondiente a ese mes y los anteriores.
Precisa Miranda que el Vicepresidente del CAM visitó a Aurora «para comunicarle que la situación de su hijo era que este no había cobrado su estipendio por motivos particulares, pues no asistió esos días al centro estudiantil, y no por falta de información».
La segunda respuesta la envía Ernesto Gispert, director municipal de Deportes en Guanabacoa, Ciudad de La Habana, ante la inquietud de Víctor Sanz Fajardo, revelada aquí el 21 de diciembre de 2007.
Entonces, Víctor señalaba que la Academia de Ajedrez de ese territorio, en estado de destrucción total, fue cerrada. Y para colmo, el único profesor del juego ciencia que tenían, renunció a su trabajo, por lo cual es muy incierta la situación del ajedrez en el municipio.
Gispert confirma en su respuesta que la academia está cerrada y que ese profesor solicitó baja. Pero aclara que Guanabacoa cuenta con tres profesores más de ajedrez: uno cumple misión en el exterior y los otros dos atienden a los talentos, en los consejos populares.
Destaca Gispert que la estrategia, hasta que se repare el local de la Academia, fue trasladar la misma para la Escuela Comunitaria Frank D’Beche, en el horario entre las 2 y las 8 p.m. de lunes a viernes: «Los alumnos talentos no han sido abandonados, asegura, ni se están perdiendo...».
También informa que además existen cinco profesores graduados del Curso Habilitado de Ajedrez, que están masificando ese deporte, a través de las escuelas del territorio, a quienes les han entregado algunos recursos. Y le agradece a Víctor su preocupación por el futuro del ajedrez en Guanabacoa.
La tercera misiva la envía Damián Álvarez, vecino de Emilio Núñez 175, apartamento B5, en el municipio capitalino de Cerro: Él vio con muy buenos ojos el expendio de café expreso abierto no hace mucho en la Terminal de Ómnibus de La Habana: aire acondicionado, aspecto acogedor y todos los requisitos para un buen servicio. Damián ha sido un cliente bastante fiel del mismo, y allá van sus observaciones:
Al principio el servicio incluía un vaso de agua fría. Ya no. Últimamente ha fracasado cuando va por allí, por diversas razones: «Están limpiando el establecimiento. Están contando el dinero. Hay una fase caída. No están vendiendo en ese momento. No hay polvo de café. No hay azúcar. Todavía no se ha empezado (a pesar de haber pasado la hora de apertura). Ya se terminó. Y no siempre el mejor carácter, esa sonrisa de marketing», concluye.
Dígame usted, Damián. ¿Estaremos ante un caso más de falta de fijador, como lo calificara el irrepetible Zumbado? ¿Será un designio infalible de nuestra gastronomía esa precocidad para languidecer? ¿Cuándo en esta vida, los que estamos del lado de acá del mostrador, disfrutaremos de estables, dignos y excelentes servicios? ¡Qué manera de tropezar tanto con la misma piedra!