Acuse de recibo
Irrumpen el día más inesperado, como el recordatorio de todo lo nauseabundo de esta vida. Y luego tienen una saña para no abandonarnos, que para qué contar. Persisten con una tozudez que ojalá tuvieran quienes deben extinguirlas de una vez por todas. Desaparecen y brotan de nuevo, las muy sucias, las muy albañales aguas... Y nos van afeando la existencia con sus tremedales de indolencia y abandono...
Ahora en la ciudad de Sagua la Grande, allí en el reparto 26 de Julio, Luisa María Fernández las observa con rabia contenida, desde el balcón de su apartamento 4, en el edificio 1. Llevan más de dos meses vertiendo los registros de aguas albañales. Los de la planta baja viven rodeados de heces y lombrices. Entran como Pedro por su casa por los registros de los patios y las pocetas de los baños. Ya se ha creado un lagunato que se desplaza hacia la cisterna y la tiene contaminada. Alertas de los vecinos no han faltado. Y Acueducto del territorio no acaba de resolver definitivamente el problema.
En Alquízar, provincia de La Habana, las susodichas albañales hacen también de las suyas en la esquina de calle 88 y avenida 95, en lo que llaman allí El Paseo. Lo atestigua Mercedes Rodríguez, cuyos padres viven frente al salidero de albañales, que ya parece ser un inquilino más. La suciedad avanza por las calles, porque, a pesar de que ha sido reportado a Comunales, no le han dado solución. Frente al salidero está el dispensario de Salud Mental. ¿Cómo estarán el estrés y las neurosis por ese barrio?
Las albañales son persistentes, hasta en el mismísimo barrio de Mantilla, en la capital. Carmen Álvarez, vecina de calle Quinta, entre Tercera y Lucero, cuenta que allí la tubería maestra del alcantarillado está tupida, y las aguas sucias hacen de las suyas al interior de las casas.
Es un mal que va y viene hace 18 años, y no se ha resuelto definitivamente, a pesar de que han tocado tantas puertas. Sí reciben muchas inspecciones, pero no soluciones. La respuesta siempre ha sido falta de recursos para una inversión capital. Y cuando reclaman que les destupan, les dicen que hay un solo carro para ello. «Los días corren entre heces fecales, aguas fétidas, moscas al acecho de nuestros alimentos y, sobre todo, con el temor de que las tuberías de agua potable estén en malas condiciones y se puedan contaminar», recalca Carmen.
Similar situación tiene en el patio de su casa Oscar Herrera, en calle Primera número 130, entre Avenida de los Apóstoles y Manhattan, Los Pinos, municipio capitalino de Arroyo Naranjo. Las aguas negras provienen de un edificio de bajo costo colindante. Lo comprobó la técnica de plomería de la Micro Social. Por orientaciones de ella, Oscar se personó en la Unidad Municipal de Inversiones de la Vivienda. De allí fueron a hacerle la inspección y le informaron que se le haría la comunicación inmediata a la Micro Social. Hacía cuatro meses desde entonces, cuando Oscar me escribió. Y nadie se había asomado por allí.
En la zona 4 de Alamar, donde están los edificios de bajo costo, hace años hay una tubería de alcantarillado rota, que provoca tupición del desagüe de varias viviendas. Un lagunato fétido es el monumento a la impotencia. Reportes sobran, al Gobierno, Acueducto, Higiene y Epidemiología... se demoran bastante en ir a destupir, pero no arreglan la tubería, y vuelve a complicarse todo, por ciclos de desgracia...
Carmen Fernández, de Bellavista 758, en el Cerro capitalino, reporta que en su calle hace mucho tiempo hay una gran tupición de albañales. Las aguas negras brotan por los baños de las casas... Cuando la situación se agudiza, van y destupen al parecer. Pero al cabo del tiempo se repite la historia. Sucias historias similares sufren Nelson Hevia Frasquieri y otros vecinos del edificio 67, de la Ciudad Camilo Cienfuegos, La Habana del Este. Los carros que extraen residuos fecales de fosas, usan el registro colector fecal de final de línea para desaguar todos esos desperdicios; por lo cual se ha producido una obstrucción del alcantarillado. Resultado: las albañales brotan por los tragantes de los patios y hasta por las duchas. Han reclamado a Acueducto del Este y el 26 de junio, cuando me escribió, aún brillaban por su ausencia.
Tupiciones en las redes... y en unas cuantas mentes dormidas...