Acuse de recibo
Padre al fin, yo me hubiera inquietado igualmente como Modesta González Zúñiga, cuando escribió a esta columna desde Amancio Rodríguez, provincia de Las Tunas, para denunciar las dificultades de su hijo, recién graduado del instituto politécnico Juan Manuel Ameijeiras, con su ubicación laboral en la Dirección Municipal de Comercio, de ese territorio.
El pasado 15 de mayo, esta columna reflejó el desconcierto de esa madre cuando su hijo se presentó en esa entidad y le dijeron que tenía que esperar, porque aún no se había hecho el convenio con la Dirección Municipal de Trabajo. El tiempo pasó, el muchacho llamaba a ambas partes, y el asunto no se solucionaba. Seguía desvinculado del trabajo. Con toda razón, Modesta se preguntaba si no se hace una planificación de la nueva fuerza laboral con Educación, cuando se otorgan las plazas para estudiar.
Al respecto responde hoy Deibys García Figueroa, directora provincial de Trabajo y Seguridad Social en Las Tunas, quien especifica que tanto el hijo de Modesta como 35 técnicos de nivel medio en Comercio y Gastronomía graduados debieron incorporarse al empleo mediante el servicio social, el 5 de marzo pasado, y no pudieron hacerlo porque la empresa no tenía el presupuesto para asumir el pago de sus estipendios, con el argumento de que en 2006 no se planificó esa partida. Y, sin embargo, necesitaban esa fuerza de trabajo.
Especifica la funcionaria que la directora municipal de Comercio «resolvió que la orientación de su dirección provincial fue basada en que debía rectificarse el convenio establecido al efecto con la Dirección Municipal de Educación, y corroborando fidelidad al mismo procederse de inmediato a la ubicación total de los egresados. Sin embargo, se mantuvo la no existencia y planificación del presupuesto necesario. La solución debía partir de otros niveles, avalada por la decisión de la Dirección Provincial de Finanzas, que dispuso el respaldo para darle fin al problema».
Deibys reconoce las molestias de tal situación y aclara que se disculparon con la reclamante y se resolvió el problema, aunque al mismo tiempo menciona que Modesta nunca se dirigió a Trabajo y Seguridad Social. Pero ello no resta que esa madre estuviera angustiada por la indefinición de estatus de su hijo por causas que, a fuer de sincero, no quedan claras en la respuesta de Deibys.
Lo cierto es que hubo descoordinación, imprevisión y desentendimiento con algo tan serio como la ubicación de 35 jóvenes graduados.
También nos respondió Libán Cordero, subdirector de Capacitación de Trabajo y Seguridad Social del municipio de Amancio, quien reconoce autocríticamente la falla. Pero súbitamente se crispa y considera «un hecho injusto aparecer en la palestra pública».
Refiere que la historia no estuvo bien contada, pero la realidad desmiente tal argumento. Libán se preocupa demasiado por la imagen que pueda quedar de esa entidad, cuando lo más importante es que 35 jóvenes graduados no accedían a sus puestos por descoordinaciones e imprevisiones evitables. La imagen se cuida con hechos y obras a tiempo, más que con palabras.