Acuse de recibo
Ahora que el país transita hacia un modelo energético más eficiente, vale la pena alertar sobre ciertos contratiempos e irregularidades que están obstaculizando la marcha de ese programa y el cumplimiento de las populares medidas de sustitución de equipos que le acompañan. Lo dicen las cartas.
José Rafael Caballero Velásquez me escribe desde Independencia 114, entre Cavada y Agramonte, en Gibara, provincia de Holguín: él reflexiona sobre el saldo de ahorro de electricidad que traerán los nuevos equipos electrodomésticos, y valora lo que se hace en las líneas y demás aditamentos de la red exterior. Pero le preocupa que, a lo interno, muchas viviendas tienen viejas instalaciones, y paradójicamente en el comercio minorista —tanto en pesos como en divisas— no se venden cables ni otros componentes idóneos para asimilar esas nuevas tecnologías.
Alba Marina Huerta Pompa, residente en Cuba 262, entre Morales Lemus y Miró, en la ciudad de Holguín, cuenta que en su cuadra se entregó el módulo de equipos electrodomésticos sin que se hubiera arreglado por parte de la Empresa Eléctrica la situación de los cables y los problemas de voltaje. Su casa es la última que está conectada a un distante transformador, y en ella viven cuatro familias, por medio de dos contadores. Y ante tales irregularidades, se quemaron tres refrigeradores: el de su hermana, el de su hermano y el de ella. Este último, luego que se arregló volvió a descomponerse y hubo que repararlo de nuevo, pues el estar funcionando es un requisito para que se lo cambien por los eficientes que se están distribuyendo. Tiene que estar apagándolo, pues en las horas con problemas de voltaje no funciona.
Reportó su problema a la OBE ya hacía unos tres meses cuando me escribió, pero hasta entonces no la habían visitado. Ya le retiraron el servicio de gas, pero no puede conectar las ollas eléctricas y la hornilla al mismo tiempo. Y cuando cocina debe hacerlo con las luces apagadas.
A Marlene Soria Pérez, de calle 9 número 3F1, El Llano, en Holguín, se le averiaron un ventilador y un televisor con una subida de voltaje. Reportó a la OBE y, luego del diagnóstico, llevó al taller ambos equipos: le arreglaron el ventilador, pero no así el telerreceptor, porque no poseían las piezas. Y Marlene ve correr el tiempo: si no resuelven ágilmente, bien por la vía de la reparación o del cambio —variante no menos lenta— cuando lleguen los nuevos equipos no se lo cambiarán. «¿Cómo es posible, si no es culpa mía, que yo no pueda cambiar mi televisor?».
Desde Calabazar, en el municipio capitalino de Boyeros, me escriben Rolando Valdivia, de calle 104 número 28114; y Rayner Ramos, de calle 281, entre 100 y 102.
Rolando relata que el 13 de mayo pasado, por una interrupción eléctrica, se averiaron varios equipos, entre ellos su televisor Panda. La OBE hizo el inventario de los daños, recogió los equipos afectados, y el 2 de octubre pasado, cuando me escribió, nada se había solucionado.
Rayner refiere que el pasado 29 de mayo, en calle 281, entre 100 y 102, y producto de una avería, la alta tensión quemó varios equipos. La OBE asumió la responsabilidad, cambió las luminarias y los metros contadores afectados. Y aseguraron a los vecinos que se harían cargo de los daños en refrigeradores, televisores, grabadoras y ventiladores. Ya han transcurrido cinco meses y siguen esperando.