El olfato desempeñó un papel clave en la evolución humana, pues favoreció procesos como la percepción y la intuición, divulgó la revista Nature Communications en su edición más reciente, destaca PL.
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España descubrieron que los bulbos olfativos, donde se halla la estructura que recibe la información del olfato, es un 12 por ciento mayor en la especie humana, respecto a otros homínidos y primates.
En el cerebro los bulbos olfativos se encuentran próximos a los lóbulos temporales, que son más grandes en humanos, y están asociados al lenguaje y la memoria, así como a algunas funciones sociales, ausentes en otros primates.
Para llegar a estos resultados los científicos analizaron cráneos de 80 personas, otros 14 pertenecientes a homo neandertalensis, homo ergaster y homo erectus y 30 de chimpancés.
La capacidad olfativa de los humanos resultó sorprendente para los investigadores porque los primates no se caracterizan precisamente por un olfato excepcional.