Ante lo que parece ser el inicio del fin del brote epidémico de infección por Escherichia coli de una cepa nueva, O104:H4, iniciado en Alemania, toca ahora plantearse cómo se podría evitar que algo así vuelva a suceder. Es vital hallar métodos eficaces de combatir nuevas cepas nocivas de E. coli.
El cobre es la clave de un método prometedor, ensayado en recientes experimentos de laboratorio por el equipo de Bill Keevil, jefe del Grupo de Microbiología de la Universidad de Southampton, Reino Unido.
En un nuevo estudio llevado a cabo por Keevil y sus colaboradores, aunque no se experimentó específicamente con la cepa O104, sí se ha podido constatar que todas las cepas recientes analizadas en la investigación son muy vulnerables al cobre.
En una superficie seca de cobre, 10 millones de bacterias E. coli son exterminadas en menos de 10 minutos. En una superficie húmeda de cobre, cabe esperar un exterminio total en 45 minutos. Esta propiedad antimicrobiana es inherente al cobre, y también la poseen aleaciones de cobre como por ejemplo el bronce y el latón.