Donald Trump Autor: Los Angeles Times Publicado: 23/04/2020 | 09:08 pm
La anunciada decisión del presidente Donald Trump de abrir fuego contra naves de Irán, ante un presunto caso de hostigamiento a buques de Estados Unidos, crea una peligrosa amenaza de guerra.
Sin embargo, todo indica que Trump solo persigue distraer la atención del mal manejo de las varias crisis que acorralan su Gobierno, sin atinar a una solución efectiva.
Resulta evidente que Trump intenta opacar los graves problemas que empañan su plan de reelección en los comicios presidenciales del 3 de noviembre, un objetivo latente en cada uno de sus actos y apariciones públicas.
Ante el impacto negativo de su torpe manejo de la pandemia de la Covid-19, que suma más de 847 000 casos de contagio y más de 47 600 muertos, la parálisis económica y el hundimiento del precio del petróleo, el mandatario diseña la ficción de una nueva aventura bélica en el lejano Oriente Medio.
Trump exhibe la supremacía militar de su Armada en un show ideal para amenizar noticieros de televisión y otros medios.
En una imaginable pose de Comandante Supremo, el mandatario lanzó su amenazador mensaje con la ligereza de apenas tres líneas, desde la red social Twitter:
«He dado instrucciones a la Marina de los Estados Unidos para que derribe y destruya todos y cada uno de los cañoneros iraníes si hostigan nuestros barcos en el mar.» - Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 22 de abril de 2020
El presidente evitó referirse a algún incidente específico, pero su tuit apareció una semana después que el Pentágono reportara «un tenso encuentro entre barcos de la Armada iraní y estadounidense en el Golfo Pérsico».
Según un comunicado de la Armada de Estados Unidos del 15 de abril, seis buques militares estadounidenses estaban realizando operaciones de entrenamiento en aguas internacionales la semana pasada cuando 11 naves iraníes «cruzaron las proas y popas de los buques estadounidenses a muy corta distancia y a altas velocidades».
La Marina de los EE.UU. publicó un video de naves iraníes que se acercan a los barcos estadounidenses que operan en la parte norte del Golfo, pero sin algún otro elemento que pudiera precisar el momento del hecho.
Altos funcionarios del Pentágono sugirieron que «el tuit de Trump representaba una advertencia para Teherán en lugar de una nuevo orden para los militares.»
«El presidente emitió una advertencia importante a los iraníes», dijo el subsecretario de Defensa, David Norquist.
El general John Hyten, vicepresidente del Estado Mayor Conjunto, agregó que «le gustó que el presidente advirtiera a un adversario».
Por el momento, Trump había logrado que su amenazadora declaración desatara un show mediático en telediarios y emisiones de noticias vía Internet.
La televisora CNBC atribuyó un brusco (y apetecible) aumento de la cotización del crudo al stuit de Trump.
West Texas Intermediate, el crudo de referencia de EE. UU., subió más del 30 por ciento el miércoles último después de caer a mínimos históricos este año.
Los precios del petróleo han caído en picada y sin freno a medida que la pandemia del nuevo coronavirus ha aplastado la demanda mundial y la economía norteamericana.
Teherán dio una firme respuesta de inmediato a la amenaza antiraní de Trump y prometió atacar los buques de EE.UU. que amenacen su seguridad.
El comandante en jefe del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, general de división Hosein Salami, destacó que la seguridad del Golfo Pérsico es parte esencial de las prioridades estratégicas de su país.
«Hemos ordenado a nuestras unidades militares marítimas que ataquen cualquier flotilla o unidad de combate de las fuerzas navales del Ejército terrorista de EE.UU., en caso de que amenacen la seguridad de nuestros buques, militares o no militares», alertó este jueves el general Salami.
»es declaramos que estamos absolutamente determinados y serios en lo que respecta a la defensa de nuestra seguridad nacional, fronteras acuáticas e intereses marítimos», subrayó el jefe militar iraní.
Por su parte, el canciller iraní, Mohamad Yavad Zarif, denunció que «las fuerzas de EE.UU. no tienen nada que hacer a 7 000 millas (más de 11 200 kilómetros) de su país, provocando a nuestros marineros cerca de nuestras propias costas del Golfo Pérsico».
Teherán ha denunciado, una y otra vez, la violación repetida de la soberanía de las aguas del país persa por parte de los barcos estadounidenses, lo que a su juicio constituye una prueba del «aventurerismo imperialista de Washington».
Esta tampoco es la primera vez que ocurren operaciones de advertencia por parte de Irán a los buques de guerra estadounidenses en los mares adyacentes a su territorio, según reportó Hispantv en una nota fechada el sábado 27 de agosto de 2016.
Desde entonces, lanchas rápidas de la Fuerza Naval del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán han probado la vulnerabilidad de los buques de guerra estadounidenses, según admitía el portal de noticias estadounidense USnews.com.
La táctica, llamada «enjambre de barcos», consiste en una operación de lanchas rápidas equipadas con misiles y torpedos, capaces de rodear y atacar barcos enemigos desde múltiples ángulos para dañarlo o destruirlo lo más pronto posible.
El informe señalaba que los iraníes disponían ya de una patrullera rápida llamada “Ya Mahdi”, que funciona por control remoto y puede disparar cohetes o ser equipada con explosivos.
De acuerdo con la propia fuente, la maniobrabilidad de estas patrulleras es sumamente rápida y de hecho -enfatiza- es una tarea difícil atacarlas ya que mayormente están fabricadas con plástico reforzado con vidrio y es difícil detectarlas con sistema de radares.
La amenaza de Trump de destruir los barcos iraníes ocurrió pocas horas después de que Irán anunciara el lanzamiento exitoso de su primer satélite militar y su colocación en órbita, un paso que marca un nuevo avance en el programa de misiles balísticos del país.
Es probable que Trump creyera que restaría difusión a la hazaña defensiva de Irán, lograda a pesar de la dura política de sanciones y «máxima presión» contra la República Islámica, pero los hechos pesan más que las palabras.
Trump tiene una cuenta sin saldar con Teherán, que poco a poco se torna pesadilla. Según el reconoció, ordenó el ataque con aviones no tripulados que asesinó el 3 de enero pasado al general iraní Qassem Soleimani, el líder de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Islámica. A partir de ese momento la tensión se mantiene latente entre ambas naciones.
Los líderes iraníes hicieron ver al ocupante de la Casa Blanca la gravedad de su crimen y advirtieron que no quedaría impune. Algunas acciones militares de represalia ocurrieron desde entonces, pero Teherán dejó claro que Washington solo tendrá descanso cuando retire sus todas sus tropas y bases de la región.
A la derecha el jefe de los guardianes de la Revolucion Hossein Salami. Foto: AFP