En el Palacio Presidencial, tuvo lugar el recibimiento oficial al mandatario cubano por su homólogo Nguyen Phu Trong. Autor: Estudios Revolución Publicado: 09/11/2018 | 10:18 pm
HANÓI.— El Monumento a los Héroes y Mártires de Vietnam fue el primer lugar visitado en la mañana lluviosa de este viernes por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y la delegación que lo acompaña en la visita oficial a este país que por el corazón de su pueblo, por la humildad y resistencia de sus hijos, nos recuerda tanto al nuestro.
En el sitio perfumado por la combustión de dos tallos de madera olorosa, a poca distancia de un tráfico de automóviles y de ciudadanos que ya eran numerosos al filo de las nueve de la mañana (hora local), el Jefe de Estado de la República de Cuba colocó una ofrenda floral y seguidamente guardó unos instantes de silencio como tributo a todos los seres cuyas vidas fueron segadas por la barbarie de la guerra, esa de la cual la nación renació como ave fénix gracias a la fibra estoica y laboriosa de los vietnamitas.
Todos los símbolos, como señales inequívocas, mostraban estar entrelazados: no lejos del Monumento esperaba, desde su sobriedad y paz, el Mausoleo donde se conserva el cuerpo de Ho Chi Minh, luchador gigante al que muchos llamaban cariñosamente el «Tío Ho» y que dio al mundo lecciones de gran perseverancia, resistencia y coraje desde la sencillez.
También en la entrada de ese lugar tan especial para los hermanos vietnamitas y para quienes creen en el sentido que tiene defender las buenas causas de nuestra especie, Díaz-Canel colocó una ofrenda floral en gesto de respeto y gratitud porque —meditaba esta reportera— a cada hombre que nos enseñe cómo luchar con dignidad y coraje, le debemos algo de lo bueno que podamos ser.
El otro momento de la agenda fue la llegada al Palacio Presidencial, donde tuvo lugar el recibimiento oficial al mandatario cubano, por parte de Nguyen Phu Trong, secretario general del Partido Comunista de Vietnam y presidente de la República Socialista de Vietnam.
Allí los presidentes se tomaron la foto oficial, y luego, ante numerosos reporteros, tuvo lugar la ceremonia de condecoración con la Orden Ho Chi Minh al Jefe de Estado de la República de Cuba, a quien su homólogo vietnamita le colocó el galardón sobre el pecho.
Entre las razones allí leídas que sustentan la condecoración, el país asiático ha recordado que el mandatario cubano, durante su carrera laboral y política, desempeñó importantes responsabilidades en el Partido, el Estado y el Gobierno, y que en su trayectoria ha sido artífice de notables contribuciones a la solidaridad y cooperación entre Vietnam y Cuba.
Una vez condecorado, el Presidente Díaz-Canel fue invitado a pronunciar unas palabras, con las cuales enalteció la amistad entre ambos pueblos, construida sobre la base de la hermandad, la cooperación y el respeto mutuo, y sostenida en el tiempo por el sentimiento y la obra de sucesivas generaciones orgullosas del legado de Ho Chi Minh y Fidel.
Nos une —enfatizó Díaz-Canel— la decisión de altos líderes históricos de enfrentar las más difíciles pruebas en el empeño de hacer una sociedad más justa en beneficio de nuestros nobles y generosos pueblos. Y añadió que cubanos y vietnamitas hemos sabido convertir los reveses en victorias, y los imposibles en una posibilidad permanente.
Cubanos y vietnamitas creen en la solidaridad, sobre todo en los momentos difíciles, destacó el Presidente de la Mayor de las Antillas, al evocar a nuestro Héroe Nacional José Martí, quien describió hace más de un siglo a los habitantes de la gloriosa tierra vietnamita como cultos, valientes y laboriosos.
«Su historia (la del país que en estas horas nos recibe) ha confirmado con creces esas cualidades que nuestro Apóstol supo ver en la distancia con su extraordinaria visión política», resaltó Díaz-Canel.
En otro momento de sus palabras el mandatario, llamó hermanas y hermanos a sus anfitriones, y expresó que ya son varias las generaciones de cubanos que decimos tener a Vietnam como un referente de resistencia y heroísmo.
Existe una historia común, afirmó el Presidente cubano, quien recordó el abrazo del General de Ejército, Raúl Castro Ruz, y del inolvidable revolucionario Ho Chi Minh, en octubre de 1966. Los cronistas de aquella época, dijo, definieron ese gesto como la firme voluntad de ambos países de combatir, vencer y hacer un aporte a la causa de la liberación nacional y de la construcción del socialismo.
«Permítanme recordar las palabras de Fidel cuando en múltiples ocasiones expresó que por Vietnam estábamos dispuestos a dar hasta nuestra propia sangre», evocó el mandatario, quien al respecto comentó que el desafiante y estremecedor paso del Comandante en Jefe junto a los dirigentes vietnamitas por los territorios liberados en el sur, hace ya 45 años, expresa la dimensión de su compromiso y su especial apego a la justa causa vietnamita, pero también su fe inquebrantable en la victoria del hermano pueblo.
Díaz-Canel habló de las generaciones de cubanos inspiradas en el heroísmo sin par de un pueblo pequeño, trabajador y voluntarioso, que supo levantar una nación deslumbrante sobre los escombros de la guerra. Y sobre la condecoración, compartió esta idea con el auditorio:
«Solo puedo aceptar esta condecoración, mil veces honrosa, con la humildad que aprendimos de nuestros líderes. La recibo en nombre del pueblo cubano, como un cubano más, entre millones de hombres y mujeres a los que Ho Chi Minh y su noble nación inspiraron y aún inspiran en las horas más difíciles y en los sueños más elevados».
La amistad entrañable e indestructible que nos une —destacó el Presidente de la Isla caribeña— enaltece el significado de la Orden Ho Chi Minh con el recuerdo vivo de su imagen, sus enseñanzas, humildad y modestia, tan cercanas a las de sus hermanos de lucha, Fidel y Raúl.
Al Partido Comunista y al Gobierno de la República Socialista de Vietnam, Díaz-Canel les transmitió su más sentida gratitud.
Conversaciones y acuerdos
Los mandatarios de ambos países sostuvieron conversaciones oficiales. Poco después tuvo lugar, ante la presencia de ambos, la firma de dos documentos cuya esencia apunta a consolidar las relaciones bilaterales en múltiples ámbitos.
En el caso del primer texto se trata de un nuevo acuerdo comercial entre los dos países. Y el segundo consiste en un protocolo financiero para la implementación del proyecto de cooperación sobre el desarrollo de la producción de arroz, en Cuba, para el período comprendido entre 2019 y 2023.
Para comentar sobre los resultados de las conversaciones oficiales, los presidentes ofrecieron declaraciones a la prensa. El secretario general del Partido Comunista de Vietnam y presidente de la República Socialista del hermano país, Nguyen Phu Trong, habló de honor al dar la más calurosa bienvenida a Miguel Díaz-Canel: «Su visita nos trae el sentimiento y los cariños del pueblo de Cuba».
Hemos sostenido una conversación oficial muy sustantiva; compartimos la idea de la cooperación integral entre los dos países, ponderó. Y seguidamente afirmó a los reporteros que él y Díaz-Canel se han comprometido a seguir fortaleciendo las relaciones integrales en la construcción del socialismo.
Nguyen Phu Trong expresó que las conversaciones versaron sobre los acuerdos de cooperación y de inversiones, y sobre la pertinencia de seguir cooperando estrechamente en ámbitos como agricultura, biotecnología, farmacia, educación, ciencia, tecnología y otros espacios.
El mandatario vietnamita dijo estar convencido de que esta visita oficial de Miguel Díaz-Canel proporciona un impulso para el fortalecimiento y desarrollo de la cooperación tradicional entre Vietnam y Cuba, y contribuye a la paz, la estabilidad, la cooperación y el desarrollo de las dos regiones en el mundo.
Por su parte el Presidente cubano dijo ante su homólogo, los medios de prensa y demás invitados: «Ante todo, permítanme expresar mi satisfacción por encontrarme en este país, al que visito por segunda vez, y por el que todos los cubanos sentimos una gran admiración».
Díaz-Canel expresó formar parte de una generación que creció escuchando las hazañas de heroicidad del pueblo vietnamita. Y evocó una idea del Che Guevara, quien en reconocimiento a ese heroísmo exhortó a crear dos, tres, muchos Vietnam en el mundo.
«Entre sentimientos, emociones y convicciones es que hemos estado conversando», afirmó el mandatario cubano, quien también describió el encuentro como fraternal y amistoso, «en un clima de hermandad, como corresponde al excelente estado de nuestras relaciones bilaterales».
«Expresamos el interés de seguir compartiendo experiencias en nuestros respectivos procesos de construcción socialista», declaró Díaz-Canel, e informó: «Hemos expresado el deseo de que los acuerdos rubricados, tanto en La Habana durante la visita del compañero Trong, como los que hemos firmado en esta oportunidad, contribuyan a elevar la eficiencia de nuestra colaboración multifacética, y se concreten nuevos proyectos de inversión entre nuestros países».
El Jefe de Estado de la República de Cuba comentó que 2018 ha sido un año muy fructífero para los vínculos de amistad y de cooperación entre ambos países, pues se ha mantenido un fluido intercambio.
«Mantenemos un alto nivel de coincidencia en los principales temas de la agenda internacional y de cooperación en los foros multilaterales», acotó. Y no pasó por alto la gratitud a Vietnam por su «apoyo invariable a la lucha por la eliminación, de forma inmediata e incondicional, del injusto bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba».
Igualmente agradeció «en nombre del pueblo de Cuba la condecoración Ho Chi Minh que nos han entregado».
Cuba reitera, acotó Díaz-Canel, su reconocimiento a los éxitos de Vietnam en su proceso de renovación en los últimos 30 años. «Ratificamos que en el presente y en el futuro nuestras relaciones con Vietnam estarán siempre dadas por aquel planteamiento histórico de nuestro Comandante en Jefe, de que por Vietnam estamos dispuestos a dar hasta nuestra propia vida».
Otros encuentros de hermandad
El día en Hanói pareció haber parido horas. Es una impresión nacida de la intensidad de la jornada de intercambios.
Luego de todo lo vivido en el Palacio Presidencial, Díaz-Canel tomó rumbo hacia la Oficina de Gobierno, donde sostuvo un encuentro con Nguyen Xuan Phuc, Primer Ministro de la República Socialista de Vietnam. En un cálido tono de hermandad transcurrió, en horas de la mañana, este intercambio de experiencias, en el que pudo apreciarse la confluencia de ideas, la existencia de batallas comunes y una admiración en ambas direcciones.
En horas de la tarde el Presidente cubano se reunió con miembros de la Asociación de Amistad Vietnam-Cuba, y seguidamente sostuvo un encuentro con directivos del sector empresarial. Después tocó en la agenda dirigirse hacia la sede de la Asamblea Nacional de Vietnam, donde Díaz-Canel fue cordialmente recibido por Nguyen Thi Kim Ngan, presidenta de esa entidad y amiga de Cuba, a quien el Presidente de la Isla actualizó sobre acontecimientos de trascendencia para el país caribeño, y a quien extendió una invitación para que nos visite.
El día, que estuvo marcado desde las primeras horas y hasta la caída de la noche por un franco espíritu de fraternidad, puso fin a la jornada de trabajo con un intercambio de experiencias entre el Presidente cubano y el colectivo de nuestra embajada aquí, así como con médicos, estudiantes y trabajadores de la Isla, quienes son una muestra más de los diversos, numerosos y fuertes lazos que unen a dos países lejanos en lo geográfico y sin embargo tan cercanos si se trata de historia, de resistencia y de lucha.