Trump pronunció su discurso en el teatro Manuel Artime, ubicado en el 900 SW 1st. Street, en Miami, y la elección del lugar no parece tener mucho de casual, pues la institución lleva el nombre de quien fuera jefe civil de la Brigada 2506 durante la invasión mercenaria por Playa Girón.
Artime nació en 1932 en Camagüey. Vinculado al clero católico, fue líder estudiantil. Rechazó el golpe de Estado de Batista, se unió al Movimiento 26 de Julio y en el Ejército Rebelde ejerció como médico; terminó la guerra con el grado de teniente.
Inconforme con el rumbo de la Revolución, se enlazó a Hubert Matos y a otros elementos contrarrevolucionarios que conspiraban contra el Gobierno cubano.
Tras la detención de Matos en octubre de 1959, hizo circular una carta pública dirigida al entonces Primer Ministro Fidel Castro, en la que renunciaba a su cargo en el Instituto Nacional de Reforma Agraria de Manzanillo y lo acusaba de entregarse al comunismo internacional.
Al comprobarse que había robado 100 000 pesos de los fondos que administraba, el Gobierno dictó una orden de captura en su contra, pero logró refugiarse en una embajada y pocos días después salir del país.
En plena oposición contrarrevolucionaria, integró el Movimiento para Recuperar la Revolución; los miembros del grupo habían sido reclutados entre los jóvenes cubanos que se oponían a la Revolución y aportó gran parte del contingente mercenario en la invasión por Playa Girón. También formó parte del Frente Revolucionario Democrático, que reclutó y organizó fuerzas para el mismo fin.
Luego de la derrota de Playa Girón fue hecho prisionero y liberado tras el pago de una indemnización. Poco tiempo después de su regreso lo invitaron, junto a otros líderes de la frustrada invasión, a una reunión en Washington DC para informar de las operaciones que estaban preparando para el derrocamiento de la Revolución Cubana.
En enero de 1963 se citó con Robert Kennedy y le comunicó que había llegado el momento de iniciar las nuevas operaciones contra Cuba. En esa ocasión le fueron entregados los recursos necesarios para iniciar operaciones militares desde Nicaragua.
En marzo partió hacia ese país al mando de un contingente de futuros combatientes cubanos. Tras el asesinato del presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, depositó las esperanzas en que el presidente sucesor, Lyndon B. Johnson, continuaría con los planes de derrocar el Gobierno cubano, pero todo se desvaneció el 14 de enero del 1964, cuando el presidente Johnson, en presencia de Robert Kennedy, les informó la decisión de terminar todas las acciones militares directas contra Cuba.
Se radicó, indistintamente, en Estados Unidos y Nicaragua, desde donde siguió relacionado con los planes de agresión contra la Isla. Luego se estableció en Miami, donde falleció de cáncer en 1977.