Amplia repercusión han tenido la nueva agresión contra Cuba y la respuesta contundente del canciller Felipe Pérez Roque
La nueva agresión de George W. Bush contra Cuba, expresada en su discurso en el Departamento de Estado, y la respuesta contundente del canciller Felipe Pérez Roque, han tenido amplia repercusión en la prensa internacional, en opiniones de políticos y personalidades, y en el movimiento de solidaridad.
El diario mexicano La Jornada, consideró que Bush allanó la soberanía de terceros países al pedirles sumarse a su hostigamiento y advirtió que «la sociedad mexicana, por tanto, ha de estar alerta y preparada ante cualquier intento estadounidense de coerción en contra de las distintas autoridades gubernamentales, y si estas no pueden o no quieren rechazar los deseos de Washington, la población debe hacerlo».
El diputado británico Ian Gibson, presidente del grupo parlamentario que se ocupa de los asuntos cubanos, dijo que Bush debía «acabar con sus tácticas abusivas»; y su colega Colin Burgon estimó que «equivale a promover un golpe de estado en contra de un país soberano».
«Ha llegado la hora en que nuestro gobierno haga una declaración pública en la que se estipule que no es aceptable que los Estados Unidos dicten la política que, según ellos, deben seguir otros países», puntualizó.
A distanciarse de esa política que «recuerda la Guerra Fría», llamó Rob Miller, director de la Campaña de Solidaridad con Cuba en el Reino Unido.
Dos de los aspirantes demócratas a la candidatura presidencial, el gobernador de New Mexico, Bill Richardson, y el senador Christopher Dodd, respondieron también el discurso de Bush, asegurando que el «embargo (bloqueo) sobre la isla ha fracasado» y «debe terminar».
«El fondo multimillonario para la libertad es un producto de la imaginación del presidente», aseguró Wayne Smith, director del Programa Cubano del Center for International Policy.
En América Latina y otros continentes hubo pronunciamientos de diversos sectores.
Así se expresaron en República Dominicana en carta abierta al secretario de Comercio estadounidense, Carlos Gutiérrez —uno de los políticos anticubanos que escoltaron a Bush durante su comparencia.
El movimiento boliviano de solidaridad con Cuba convocó a manifestarse ante las sedes consulares de EE.UU. «Si tocan a Cuba se levanta el mundo», sentenció el Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba-MASCUBA, y similar pronunciamiento hicieron Orlando Chirino, coordinador de la Unión Nacional de Trabajadores de Venezuela; y Miguel Cruz, dirigente de Refundación Comunista de Puerto Rico.
Muestras de solidaridad se escucharon de Ricardo Rosales, veterano dirigente del Partido Guatemalteco del Trabajo; de organizaciones uruguayas como la Coordinadora de Apoyo a la Revolución Cubana; también la diputada salvadoreña al PARLACEN, Nidia Díaz, y el dirigente sandinista Tomás Borge.
José L. Centella, responsable de Política internacional del Partido Comunista de España, sostuvo que los gobiernos europeos deben responder a «este claro intento de injerencia», y retirar la llamada posición común.
Y en la India, rechazó la política hostil Nilotpal Basu, miembro del Secretariado Central del Partido Comunista de la India (Marxista).