Isam Ortiz consiguió la medalla de plata como cuarto tablero. Autor: Jorge Camarero Leiva Publicado: 21/09/2017 | 05:54 pm
Cuatro sesudos ingleses, sentados frente a igual cantidad de tableros, se interponían entre el equipo cubano y la gloria. Era la última fecha de la Olimpiada Mundial de Ajedrez y todo estaba listo en la ciudad noruega de Tromso para las celebraciones, cuando los trebejistas de la Mayor de las Antillas hicieron lo necesario para escribir una de las actuaciones más notorias en estas lides. Leinier Domínguez (2760 puntos Elo) plantó bandera, Isam Ortiz (2603) firmó la paz, Lázaro Bruzón (2664) dio la estocada y Yuniesky Quesada (2649) resistió el contraataque para redondear otra faena trascendental.
Con el triunfo por 2,5-1,5 sobre la escuadra de Inglaterra, el elenco criollo se coló en el top ten del certamen absoluto, trepó hasta el séptimo escaño del escalafón e igualó aquellas míticas actuaciones de Novi Sad 1990 y Calviá 2004. Así de espectacular fue el cierre.
Como se esperaba, Leinier tensó un pulso en la primera mesa con Michael Adams (2740) que terminó sin daños en 38 movidas de una apertura Española, mientras que Isam aseguraba, en 31 lances de una defensa Nimzo-India frente a Matthew Sadler (2653), lo necesario para llevarse la medalla de plata entre los mejores en el cuarto tablero.
Ya había noticias del espectacular triunfo de Bruzón sobre Gawain Jones (2665), cuando aún Yuniesky defendía con uñas y dientes una posición incómoda. Afortunadamente, David Howell (2650) no estuvo muy fino y terminó aceptando, luego de 87 movimientos, el empate que disparó la celebración cubana.
El triunfo aportó las dos rayitas necesarias para hacer historia. En total fueron 16 las acumuladas por el elenco cubano, que solo fue antecedido en la tabla de posiciones por China (19), Hungría (17), India (17), Rusia (17), Azerbaiyán (17) y Ucrania (16). Por detrás quedaron ilustres formaciones como las de Armenia —campeón defensor—, Estados Unidos y Francia, por citar solo algunas.
En total, la escuadra ganó siete cruces, entre ellos los enfrentamientos con potencias como la India e Israel. Además, igualó par de matches y solo cedió frente al potente elenco azerí.
En el plano individual resultó el desempeño de Isam el más notable, pues además de ser medallista, sumó seis puntos de ocho posibles gracias a cinco éxitos, par de empates y una sola derrota. Además, jugó para un rating performance de 2766 y añadió 16,8 unidades a su Elo. También vieron crecer sus respectivos coeficientes Bruzón (15) y el suplente Yuri González (10). En el acápite de las pérdidas se ubicaron Yuniesky y Leinier, quienes dejaron escapar seis y cinco unidades a sus respectivos acumulados.
El apartado de premios por tableros —se incluyen los cuatro jugadores y el suplente— distinguió a Veselin Topalov (tablero 1-Bulgaria), Nguyen Ngoc Truong Son (2-Vietnam), Yangyi Yu (3-China), Nikola Sedlac (4-Serbia) y Samuel Shankland (suplente-EE.UU.).
En el apartado femenino, las cubanitas no pudieron imponer su superioridad nominal sobre la representación de Suecia, durante el match de despedida que finalizó con un estrechón de manos.
Terminó imponiéndose el favoritismo de la veterana y GM sin distinción de sexo, Pia Cramling (2500), sobre Lisandra Ordaz (2345), y las imprecisiones le costaron el triunfo a Yanira Vigoa (2317) frente a Ellinor Frisk (2257).
De equilibrar la balanza se encargaron entonces Sulennis Pila (2270) y Maritza Arribas (2291), quienes sometieron a Inna Agrest (2235) y Jessica Bengtsson (1933), respectivamente. De esa forma, el acumulado de las cubanas solo llegó a 13 puntos, insuficientes para rebasar el umbral del escaño 30 de un ordenamiento dominado por Rusia (20), China (18) y Ucrania (18).
Del grupo, solo Maritza se despidió con ganancia de cuatro rayitas para su Elo, pues Lisandra dejaba escapar siete, Yanira 11, mientras que a Yaniet se le escurrían de las manos ¡33 unidades! Asimismo, Sulennis mantenía sus numeritos congelados.
En el reparto de lauros por tableros Nana Dzagnidze (Georgia) ganó en el de referencia, y en los restantes reinaron Valentina Gunina (Rusia), Alexandra Kosteniuk (Rusia), Natalia Zhukova (Ucrania) y Rout Padmini (India).
En cuanto a la Copa Gaprindashvili —se compendian los resultados de cada federación en los dos certámenes olímpicos— la distinción recayó en China, escoltada por Rusia y Ucrania. Gracias a la sumatoria de sus dos elencos, Cuba ancló en el lugar 19.