En su recorrido de Santiago a La Habana, Fidel y quienes lo acompañaban en la caravana por el triunfo fueron cálidamente acogidos por el pueblo. Autor: Archivo de JR Publicado: 28/12/2019 | 08:52 pm
En la madrugada del 2 de enero parte la Caravana rumbo a La Habana desde Santiago de Cuba por el camino viejo de El Cobre y toma la Carretera Central hasta Palma Soriano. Al paso por Jiguaní la población corre hacia la vía. En Santa Rita hay un cordón humano a ambos lados.
Se detiene en Cautillo y a las 11 de la noche está en el Ayuntamiento de Bayamo. En horas de la tarde del día 3 llega al Instituto Politécnico de Holguín, donde le hacen una entrevista de prensa a Fidel.
Pasa por Las Tunas y penetra en áreas camagüeyanas al amanecer del 4 de enero. En la mañana entran los rebeldes a la ciudad agramontina. En el Regimiento No. 2 Ignacio Agramonte lo reciben las autoridades de la provincia.
El 3 de enero Fidel se entrevista con Camilo Cienfuegos, que ha ido a informarle cuestiones importantes. El 5 el Che viaja a Camagüey con ese mismo fin. El mismo día 3 arriba la Caravana a Santa Clara. Al mediodía del 5 de enero habla al pueblo frente al Parque Leoncio Vidal. Lo invitan a Cienfuegos y va a hablarles a los cienfuegueros igualmente. Incluso acude a Cayo Loco, donde dialoga con oficiales de la Marina de Batista.
En la madrugada del 7 de enero les dirige emocionadas palabras a los cienfuegueros frente al parque José Martí. Ese mismo día, por la mañana Fidel llega a la cervecería de Manacas. La siguiente parada la hace en la ciudad matancera de Colón, donde conversa con el capitán Julio O. Chaviano Fundora, dejado por el Che al frente del Regimiento No. 4, en espera del Comandante en Jefe.
Continúa por predios matanceros y tarde en la noche está en la capital de esa provincia, en la que Fidel pronuncia un discurso desde el balcón del Palacio Municipal. En la madrugada del día 8 de enero llega la Caravana a Cárdenas, y el Comandante en Jefe a la casa de José Antonio Echeverría, donde abraza a la madre del líder estudiantil, a sus familiares y acude al cementerio, deposita flores y le rinde homenaje.
En el Cotorro, territorio habanero, el jefe del Ejército Rebelde se abraza con su hijo Fidelito, y en la Virgen del Camino se le suma Camilo Cienfuegos. La caravana pasa frente al Castillo de Atarés, los elevados del ferrocarril y la planta eléctrica de Tallapiedra.
Frente a la sede de la Marina de Guerra, atado al muelle, está el yate Granma. Fidel se baja del tanque y aborda la embarcación, en unión de una comitiva de oficiales. La Caravana se desvía por la Avenida de Las Misiones y llega al Palacio Presidencial. Desde su terraza norte, luego de que Manuel Urrutia, el presidente provisional, presentara al máximo líder, este le habla al pueblo.
La Caravana toma por Malecón y sube por la calle 23. En Radiocentro conversa con algunos artistas, y en medio de la alegría popular sigue rumbo a Marianao. La honestidad y el compromiso con el pueblo marcan las palabras de Fidel en Columbia. Ese día, aseguró:
«Se ha andado un trecho, quizás un paso de avance considerable. Aquí estamos en la capital, aquí estamos en Columbia, parecen victoriosas las fuerzas revolucionarias; el gobierno está constituido, reconocido por numerosos países del mundo, al parecer se ha conquistado la paz; y, sin embargo, no debemos estar optimistas.
«Mientras el pueblo reía hoy, mientras el pueblo se alegraba, nosotros nos preocupábamos; y mientras más extraordinaria era la multitud que acudía a recibirnos, y mientras más extraordinario era el júbilo del pueblo, más grande era nuestra preocupación, porque más grande era también nuestra responsabilidad ante la historia y ante el pueblo de Cuba»
El acto que cerró el recorrido de la Caravana de la Libertad terminó alrededor de las dos de la madrugada del día 9 de enero de 1959.