Marino Murillo Jorge, miembro del Buró Político del Partido durante el Primer Período de Sesiones de la VIII Legislatura del Parlamento. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 05:36 pm
Cómo marchan la implementación y desarrollo de los Lineamientos derivados del VI Congreso del Partido Comunista fue el tema que, expuesto por el vicepresidente del Consejo de Ministros, Marino Murillo Jorge, abrió el segundo día de sesión plenaria de los diputados cubanos, como parte de la primera Sesión Ordinaria de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
El dirigente afirmó que ha habido un incremento de las actividades económicas; y en cuanto a la conceptualización del modelo económico—social que signará el rumbo del país, dijo que su diseño se encuentra en una etapa muy avanzada.
Murillo Jorge expresó que «actualizar el modelo no significa un cambio de las bases estructurales sobre los medios fundamentales de producción», premisa que garantiza la condición socialista de un sistema que debe ser capaz de sustentar las conquistas sociales que ha tenido el país.
Igualmente, subrayó el concepto alusivo a la necesidad de ir a fórmulas menos administrativas de conducir la economía, donde se busque y halle un equilibrio entre planificación y mercado.
Otra arista comentada por Marino Murillo aludió a la importancia de programas de desarrollo a largo plazo, los cuales son vitales para resolver los problemas estructurales de la economía cubana. Hay aspectos que no tendrán solución a nivel de la voluntad individual de los actores, sino que dependerán de políticas a niveles superiores, comentó.
Como parte de su exposición, el vicepresidente del Consejo de Ministros explicó las directivas del plan de la economía cubana para el año 2014. «El plan del año que viene tiene que ser diferente», dijo el también miembro del Buró Político, quien comentó a los parlamentarios las esencias de las nuevas directivas: convocan a liberar las fuerzas productivas y al sistema empresarial —siendo la empresa estatal el eslabón más importante de la economía cubana—; modifican las relaciones entre ese sistema empresarial y el presupuesto en el plan del año que viene; promueven el incremento de la eficiencia; e incorporan al proceso de elaboración del plan indicadores de conducción macroeconómicos.
Marino Murillo expresó que el próximo plan incluye 136 directivas generales, relacionadas con la dimensión macroeconómica (63 por ciento), mientras que el otro 37 por ciento corresponde a las que tienen incidencia directa en la transformación de las empresas.
«Lo otro nuevo —añadió— es que los organismos pueden pagar con capacidad de liquidez», lo cual significa que si un organismo tiene aprobada capacidad de liquidez para importar algo y el productor que esté al lado le puede ofrecer lo que haría falta importar, se podrán poner de acuerdo y podría mediar el pago con capacidad de liquidez. «Eso es un elemento nuevo porque antes, para ese tipo de acuerdo, había que pedir permiso», recordó.
Al ser más explícito en ese acápite de las directivas, Murillo recalcó que si un organismo tiene 200 millones de capacidad de liquidez, que traducido quiere decir que puede importar 200 millones de dólares, y el productor más cercano puede producirle lo que va a importar, ese organismo le puede pagar con su liquidez al productor.
Mucho se ha hablado del proceso de las inversiones y de la calidad del proceso inversionista, comentó el vicepresidente del Consejo de Ministros. «El año que viene, anunció, el Plan aprueba a cada organismo que un empresario no tenga que pedir permiso por hacer inversiones pequeñas que si no se ejecutan podrían detener un proceso productivo».
Otra directiva, según comentó Murillo, tiene que ver con las casi 50 empresas que en la Isla llevan más de dos años con pérdidas, o sea, están gastando más de lo que ingresan. Al respeto el dirigente dijo que los Lineamientos aprobados en el VI Congreso del Partido Comunista exponen con claridad la necesidad de tomar decisiones con las empresas que tengan pérdidas. «No puede ser que hagamos un Plan que incluya empresas como esas. O se redimensionan, o se unen a otra empresa, o se hace un proceso inversionista para mejorarlas, porque de lo contrario, luego sobreviene el fenómeno de tener que financiar esas pérdidas», subrayó.
Lo otro novedoso es que se eliminan las barreras administrativas a los pagos de salario, los cuales podrán ejecutarse por los directivos de las empresas, siempre y cuando se cuente con suficientes utilidades para ello. «Los límites administrativos a los sistemas de estímulos se empiezan a eliminar —recalcó Marino Murillo—; la única condición es haber generado primero la riqueza. «No será posible aumentar el ingreso de los trabajadores si una empresa en particular no es capaz de financiarlos con el sobrecumplimiento de sus utilidades», afirmó.