El campo tiene que convertirse en una fuente de riquezas, un lugar donde la juventud también puede satisfacer sus necesidades con dignidad. Autor: Archivo de JR Publicado: 21/09/2017 | 05:02 pm
CIEGO DE ÁVILA.— Lograr la seguridad alimentaria en Cuba y la disminución de sus importaciones se convierte en un algo fundamental. Sin embargo, el cumplir ese propósito pasa por superar los entuertos y pasividades que en distintas esferas de la sociedad frenan el desarrollo agroalimentario.
Y esa es hoy una de las preocupaciones de la Unión de Jóvenes Comunistas: incrementar el papel de los jóvenes en el impulso de la producción alimentaria, cuestión que también implica un cambio en el modo de actuar de la organización.
Precisamente esto se valoró en un encuentro de la esfera de Jóvenes Obreros, Campesinos y Combatientes del Buró Nacional con dirigentes juveniles en Ciego de Ávila, tanto de las estructuras políticas como productivas, junto a directivos implicados en la obtención de alimentos.
Hilder Torres Escalona, miembro del Buró Nacional al frente de esa esfera, expresó: «No motivaremos a los jóvenes en ese objetivo, ni la UJC cumplirá su papel si nos sentamos a esperar que los no militantes se integren por propia espontaneidad. Una de las misiones de la militancia es romper con esa pasividad».
La aseveración se hizo en medio de un intercambio en el que se expuso la idea de que la movilización de la juventud en una comunidad campesina, aledaña a la Empresa de Cultivos Varios La Cuba, en el municipio avileño de Baraguá, se podía lograr con visitas de un comité de base y la organización de juegos de pelota, entre otras actividades.
Un ejemplo de lo que puede hacer la UJC se apreció en la CPA Mártires de Bolivia. Allí la militancia ha tenido un papel creciente, sobre todo en superar la bancarrota económica sufrida por esa entidad. Sin embargo, en los últimos tiempos el pago a los obreros que laboran en los cultivos de la caña no ha sido de la forma debida. Y allí, en la defensa de ese pago y en lograr una justicia para el trabajador, tiene que estar la Juventud Comunista.
Por supuesto, el papel de la UJC en el estímulo a la producción de alimentos toca otros puntos, a veces olvidados. Algunos de ellos es el pobre reconocimiento nacional a los jóvenes de los sectores productivos —solo ocho condecorados en los últimos tiempos—, además de una pobre mención en los medios de comunicación, por citar algunos.
Aunque también existe otro más decisivo y, en nuestra opinión, demasiado relegado por mucho tiempo: la formación vocacional. Raciel Quintana, jefe de Producción de la CPA Sabino Pupo en el municipio de Baraguá, y Yorkis Navarro, campesino del territorio de Ciro Redondo, se refirieron a este tema.
Raciel fue enfático: «Se han olvidado los Palacios de Pioneros y de llevar los hijos pequeños de campesinos a una vaquería o de enseñarlos a montar a caballo. Y el resultado está ahí: cuando crecen, no quieren regresar al campo».
Y añadió: «El campo tiene que convertirse en una fuente de riquezas, un lugar donde la juventud también puede satisfacer sus necesidades con dignidad. Ese es el verdadero campo de Cuba».