Andy, el primer robot diseñado para tener sexo con humanos, cumple su primer año de servicio. Su «padre» informático, el experto inglés en inteligencia artificial David Levy, escribió además el libro Amor y sexo con robots: la evolución de las relaciones humano-robóticas, adonde asegura que a mitad de este siglo serán normales las familias mixtas de androides y personas.
En un futuro cercano, modelos como Andy podrán ajustarse a los deseos del consumidor en cuanto a sexo, tallas, olores y temperatura, y además se entrenarán en diferentes posiciones, estilos y tiempos para realizar el coito.
Lo que preocupa aún es la fidelidad hacia su amante, pues para los robots todos los seres humanos somos iguales y los expertos no ven cómo enseñarles a guardar ciertas formalidades que incluso en nuestra propia especie cuesta mantener.