D.A.: Quisiera que me ayudara a entenderme y aceptarme, aunque no sé todavía qué es lo que soy. Creo que tengo una personalidad adictiva hacia el alcohol. Soy pésima compañía, como pareja aún peor: posesiva, celosa, arrogante, autosuficiente, egocéntrica. En realidad, no sé quién soy ni cómo debo tomar las cosas.
Muchos adjetivos para quien dice no saber quién es. Tomar mucho alcohol, tomar al novio que se cela, tomar el ego por el centro. «Tomar» incluso lo imposible. Después de este saber que comienza aceptando mal-decirse, habría que intentar entender por qué elige encontrar satisfacción a partir ese tomárselo todo para sí tan posesivo. ¿Qué sería entonces ese celar, egocentrismo y arrogancia?
Muchas conductas que parecen excesivas e ilógicas tienen una razón para establecerse. Sin embargo, no siempre nos damos cuenta de por qué actuamos así, aunque no podamos evitarlo. Antes de imponerse un cambio, es recomendable intentar responder esa pregunta que le concierne y le inquieta en torno a cómo entender lo que hace.
Se precisa ir más allá de esta presentación que hace de sí para comenzar a comprender las razones del exceso con el cual se describe. Entender y aceptar requiere un trabajo subjetivo. Hablar hasta encontrar las coordenadas a partir de las cuales orientarse.
El trabajo con profesionales podría ayudarle. En especial aquellos que estén dispuestos a escucharle hasta que vaya encontrándose en su decir. Es posible que haya razones para usar tales adjetivos y tomar alcohol en lugar de otras salidas. Para descubrirlas y emprender un cambio, será necesario avanzar a su encuentro.