Siguen contactándonos lectores para contar qué les entusiasma del nuevo Código de las Familias. Un bayamés de 37 años relata que su esposa quedó infértil por una cirugía y casi habían perdido las esperanzas. «La mejor amiga de mi mujer está dispuesta a ser su vientre solidario. Claro, por inseminación artificial, por respeto, pero será mi hijo y mi esposa la acompañará a todas las consultas y el parto. Ese es el plan que nos tiene muy felices».