Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Un cuarto de siglo y más

Cuando Sexo sentido comenzó a salir como página temática de Juventud Rebelde, la elección de los temas para ofrecer una entrega semanal de artículos amenos y científicamente validados resultaba a veces angustiosa

Autores:

Mileyda Menéndez Dávila
Taymi García

Hablar de sexo ha dejado de ser tabú, a cambio de que el tabú sea el propio sexo.

Cuando Sexo sentido comenzó a salir como página temática de Juventud Rebelde (el próximo 13 de mayo cumplirá 25 años), la elección de los temas para ofrecer una entrega semanal de artículos amenos y científicamente validados resultaba a veces angustiosa: lo que la gente más quería y necesitaba saber solía estar rodeado de demasiados tabúes, términos muy biologicistas, prejuicios culturales arraigados por siglos y miradas sesgadas de quienes nos leían con alarma o exceso de críticas ante las «inmoralidades» abordadas en un periódico tan serio como el nuestro.

Pero se imponía avanzar, ante la demanda informativa y el escaso abordaje del tema en los medios cubanos, con la honrosa salvedad de la sección sostenida en la revista Mujeres por la maestra y amiga Aloyma Ravelo, y algunas aproximaciones en el programa radial Por nuestros campos y ciudades.

A las nuevas generaciones les sonará rarísimo, pero en la primera década de este siglo nuestra población tenía poco acceso a información internacional científica o popular sobre estos asuntos, por no hablar de la limitada novedad en las redes sociales o internet, y lo que Sexo sentido traía cada semana resultaba polémico, sorprendente, provocador, y muchas veces exclusivo, novedoso para el gran público, cualquiera fuera su edad.

Pero, en poco más de un año, la página pasó de ser mera vitrina de curiosidades sobre erotismo y salud sexual humanos a un necesario espacio de consejería indirecta, y cinco lustros después ya está consolidada como mecanismo de enlace mediático y presencial entre las necesidades cognitivas y afectivas de quienes nos buscan y los aportes de centros dedicados al estudio, la educación y la promoción de salud sexual y derechos sexuales.

Además, se posicionó como fuente de investigaciones socio y sicológicas (incluso para estudiantes y especialistas de otros países), y cada vez más como plataforma mediática especializada, en tanto, nutre con su banco de temas otros soportes comunicativos (radio, televisión, blog, redes sociales) y acciones de educación popular con participantes de todas las generaciones.

De normalizar el conocimiento y el vocabulario sobre sexo en nuestros medios formales, pasamos en este cuarto de siglo a otra misión igual de significativa: educar el consumo crítico de información sobre la temática en su más amplia diversidad de expresiones, soportes e intenciones de mensaje, porque una buena educación inclusiva en casa puede topar con un meme machista, violento, misógino, homofóbico o hedonista disfrazado de chiste, y quien primero ríe con la ocurrencia necesita de inmediato herramientas para desmontar su real intención y no tomarlo como verdad moderna.

Un paso significativo en esa meta fue asumir el paradigma holístico de la sexualidad para ampliar nuestra producción periodista y trabajar en todas las acciones el conocimiento desde los cuatro holones o pilares de esta dimensión humana que, dicho de modo rápido y sucinto, son el erotismo, los afectos, la familia y la identidad.

Ese tema nunca se agota, y como las generaciones de lectores, oyentes y televidentes cambian, en 2025 retomaremos un ciclo sobre el paradigma holístico, que sostiene también la labor del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), el Programa Nacional de Educación y Salud Sexual (Proness) y, por ende, todos los programas educativos adaptados a los diversos escenarios.

Al menos es así en su declaración de principios, porque en la práctica la educación, promoción y terapia sexual aún pasa por el filtro de los conocimientos, los prejuicios e, incluso, las vivencias de quienes deben brindar esos servicios a la sociedad.

Por esa razón (además del público adolescente que se suma), los temas en Sexo sentido nunca se agotan. Más bien se reciclan, profundizan, actualizan y respiran el aire siempre renovado del entorno sociopolítico, cultural, académico y hasta económico, porque el sexo pega con todo, como dice el lema de nuestra plataforma Senti2Cuba.

A lo largo del año, redundaremos en la sexualidad vista desde culturas ancestrales como el Tantra o el Tao; los principios de las parejas abiertas y otras modalidades en apariencia modernas; los aportes del estudio de las constelaciones familiares al entendimiento de nuestras expresiones, preferencias y traumas sexuales; el arte erótico de antes y de siempre (incluida la fotografía y el cine). 

Además, los lectores han pedido recursos para pelear en pareja de manera productiva y para hablar de sexo a menores de edad, así como mecanismos para coexistir con la familia de la pareja, reconocer el potencial erógeno individual, dar masajes sabrosos o descubrir de qué va el orgasmo seco y el multiorgasmo, ambos posibles en varones y mujeres por igual.

¿Qué más crees que pueda interesar a nuestro público? ¿Qué te angustia, inquieta, asombra o preocupa de tu propia vida sexual, o de lo que ves en las demás personas a tu alrededor en estos tiempos? Escríbenos al 52164148 o al correo de la sección y con gusto sumamos tus propuestas a la agenda del 25 aniversario de Sexo sentido.

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