Al espacio de consejería de Senti2 a través de WhatsApp (52164148) llegan con frecuencia mensajes, tanto de jóvenes como de adultos, que se quejan de no tener una vida sexual activa y saludable, aun teniendo pareja, por motivos no siempre a la vista de quienes los padecen
La imaginación es al sexo lo que el viento al saxo.
Anónimo
Al espacio de consejería de Senti2 a través de WhatsApp (52164148) llegan con frecuencia mensajes, tanto de jóvenes como de adultos, que se quejan de no tener una vida sexual activa y saludable, aun teniendo pareja, por motivos no siempre a la vista de quienes los padecen.
Esas causas pudiéramos resumirlas en cuatro grupos, con los que tal vez te identifiques en algún grado, lo cual es un primer paso para encontrar ayuda y mejorar la situación.
El primero tiene que ver con la cotidianidad. En ocasiones las discusiones constantes, las obligaciones familiares y hogareñas, los celos y la falta total o parcial de comunicación suelen llevar a un sexo de rutina, y de ahí al distanciamiento sexual. Luego da cierta pereza retomar la magia del encuentro y terminan siendo solo convivientes: hay amor, compromiso, cariño, pero nada de erotismo.
El segundo grupo responde al rechazo de la imagen propia y por ende a una baja autoestima, lo cual afecta directamente la forma en que somos capaces de percibirnos en referencia a un estereotipo o a los demás. No sentirnos deseables también baja el deseo y resta naturalidad al encuentro erótico, lo cual genera insatisfacción sexual y provoca conductas de evitación, cada vez más frecuentes.
El tercer grupo está relacionado con la falta de información, y es más común en las parejas adolescentes y jóvenes, pero no es exclusivo de ellas. Todo el que no ha tenido una buena educación sexual, no aprendió a conocer y respetar su cuerpo o no desarrolló la capacidad espiritual para potenciar el goce físico, está muy lejos de la satisfacción plena, y la pura gimnasia sobre el colchón tarde o temprano le lleva al hastío, porque en su interior presiente que falta algo más.
El cuarto grupo es el que responde a trastornos de tipo orgánico o sicológico, y muchas veces se necesita apoyo profesional para identificarlos y tratarlos de manera adecuada.
Estos casos pueden deberse a una enfermedad de base que dificulta la excitación o el desempeño, a un tratamiento médico que interrumpe la química habitual del organismo y su sana disposición para lo erótico, o a situaciones que trastornaron su mundo emocional y le empujan hacia un estado depresivo, en el que la falta involuntaria de interés por el sexo puede ser un síntoma revelador.
Cuando conoces las causas de tu desgano sistemático puedes dialogar sobre ellas y encontrar motivaciones y ejercicios que den paso a nuevos hábitos, en los que el placer sexual tenga el lugar merecido.
Habla con tu pareja, busca ayuda profesional o explora las diversas técnicas que restauran el equilibrio en tu vida y te llevan de forma natural a la plenitud como ser sexuado, en cualquiera de las variantes que te haga feliz.
Acá te compartimos algunos consejos: