Para erradicar la epidemia de VIH y garantizar calidad de vida y eficacia en la atención para todas las personas involucradas, el mundo necesita alcanzar tres metas claves en el menor tiempo posible, explícitamente incluidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Vivan la vida de forma positiva. Conozcan su estado serológico respecto del VIH. Michel Sidibé
Para erradicar la epidemia de VIH y garantizar calidad de vida y eficacia en la atención para todas las personas involucradas, el mundo necesita alcanzar tres metas claves en el menor tiempo posible, explícitamente incluidas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Se conocen como 90 90 90, y el sueño es completarlas a nivel global para 2030, teniendo en cuenta la disparidad de situaciones socioeconómicas de los países y sobre todo la desventaja de los que reportan peor panorama.
Sucintamente estas metas son: diagnosticar el 90 por ciento de los casos estimados en cada país, lograr que el 90 por ciento de ellos acceda a tratamiento antirretroviral y lo cumpla con responsabilidad y, como feliz resultado, que el 90 por ciento reduzca su carga viral a niveles seguros.
Esta última es el parteaguas deseado para eliminar la transmisión del virus por vía sexual, la más impactante en Cuba tras neutralizar la vía parental (por transfusiones o inyecciones) y la materno-infantil, sobre todo porque son más las parejas serodiscordantes consensuadas, en lógica respuesta a que más personas seropositivas viven saludables por más años y se sienten capaces de aportar socialmente y ejercer sus derechos sexuales y reproductivos.
Como el Estado garantiza los fármacos de forma gratuita a toda persona que los necesita, a nivel individual lo más retador de la segunda meta es mantener la adherencia, para que el virus no se haga resistente a los actuales esquemas.
En cambio, a nivel social la primera meta es la más trabajosa porque implica encontrar los casos que aún quedan sin detectar (se estima que son alrededor de 4 000): gente que ni siquiera sabe que porta el virus porque nunca se ha hecho la prueba o no la ha repetido en mucho tiempo.
Esa cifra proviene de cálculos realizados por Onusida para todos los países a partir de su población entre 15 y 59 años, rango que responde a razones demográficas (esperanza de vida promedio, capacidad reproductiva, inicio de las relaciones sexuales…), aunque no agota la realidad, porque los hallazgos en mayores de 60 también están aumentando.
En Cuba ese estimado es de 29 000 casos y hasta septiembre se tenía certeza de 25 023, el 84 por ciento. Como el éxito del 90 90 90 depende de este primer paso, la campaña este año para celebrar el Día Mundial de Respuesta frente al VIH propone como lema Conoce tu estado, una invitación a la autorresponsabilidad de quienes nunca han tenido medios, interés o preocupación por determinar su estado serológico con respecto al VIH.
En Cuba el eslogan es aún más explícito: Hazte la prueba, conoce tu resultado, porque además de los análisis en los policlínicos indicados por médicos de familia, o los exámenes de rutina para someterse a cirugía, durante el embarazo y en algunos puestos laborales (no es obligatorio en todos los chequeos preempleo), cualquier persona puede pedir una prueba rápida en consultas habilitadas para ese fin o en las intervenciones comunitarias de los centros de prevención de todo el país, y además tiene derecho a recibir el resultado en un proceso de consejería cara a cara, anónima si así es su deseo, y que se confirme con nuevas pruebas hasta la certeza total, y a partir de esa información la persona decide cómo le gustaría proceder.
Lo importante es llegar a toda la población con una vida sexual activa y motivarlos a explorar su estado serológico al menos una primera vez. Si suelen tener prácticas de alto riesgo (sin protegerse, en desventaja para elegir las condiciones o con personas desconocidas) se les sugiere repetírsela a los tres y seis meses, para mayor seguridad.
El Centro Nacional de Prevención de las ITS/VIH-sida (CNP) se fundó en La Habana el 1ro. de diciembre de 1998. Diez años antes, en una cumbre de Ministros de Salud celebrada en Londres, se había acordado dedicar ese día a visibilizar la labor de profesionales y voluntarios de todo el mundo para detener la epidemia.
Entre los objetivos del centro ha estado siempre fortalecer la labor educativa del Programa Nacional de Prevención de las ITS/ VIH-sida y disminuir la incidencia de esas infecciones en el país mediante acciones de promoción de salud e intervención comunitaria.
Las primeras líneas que dieron vida a ese trabajo fueron las de Consejería telefónica y cara a cara; la de Personas viviendo con VIH (PVVIH,) con sus grupos de ayuda mutua en todas las provincias, y la de Hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), que por entonces incluía también a transexuales y travestis. Muchos de esos activistas dejaron de sentirse como seres marginados socialmente para alistarse, por iniciativa propia, en un activismo comprometido que ha marcado el paso de la prevención y el control de la epidemia en el país.