No todas las mujeres experimentan iguales ansias de intimidad durante el embarazo. Mientras unas se incentivan, otras se desinteresan
A.A.: Mi esposa está embarazada y estamos muy felices. Pero en este período ella ha manifestado una total falta de interés hacia el sexo. Lo puedo tolerar porque lo más importante es su bienestar físico y sicológico, así como el éxito del embarazo. Pero quiero saber qué probabilidades hay de que una vez nacido nuestro hijo y terminado el período de cuarentena, esta falta de deseo se mantenga.
El futuro erótico de ustedes dependerá mucho de lo que sean capaces ahora. Lo más importante es sostener el vínculo en estas nuevas circunstancias, reconociendo las particularidades de ambos.
La llegada de un hijo implica cambios en la dinámica de la pareja, que comienzan con el embarazo. El deseo erótico suele retornar cuando nace el bebé, aunque en ocasiones el cansancio y las propias demandas del niño compiten con la intimidad erótica.
No todas experimentan iguales ansias de intimidad durante el embarazo. Mientras unas se incentivan, otras se desinteresan. También es común que el interés varíe durante esta etapa. Todo depende de la mujer y de las contingencias (biológicas, síquicas, sociales) que deba afrontar en el período.
Se han realizado estudios que atribuyen la disminución de deseos a los cambios hormonales, la percepción que ellas tienen de su cuerpo embarazado, los temores referidos al desarrollo del bebé e, incluso, la concentración femenina en la espera del futuro hijo.
Es vital que mantengan el lazo íntimo. Palabras, miradas, caricias, pueden ser buenas aliadas.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Sicología clínica