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Educar pensando en el mañana

En Sancti Spíritus, los Joven Club de Computación y Electrónica ponen en práctica el proyecto de país de la robótica educativa desde edades tempranas

Autor:

Lisandra Gómez Guerra

SANCTI SPÍRITUS.— La adolescente Melanie Viamonte Sánchez habla de APK, algoritmos y programación con la misma naturalidad con que menciona el más popular hit musical o la serie audiovisual de moda. Vive seducida por cuánto se puede hacer a la distancia de un clic.

«Dentro de unos años las tecnologías serán mucho más necesarias que ahora —reconoce la estudiante de 10mo. grado del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas (IPVCE) Eusebio Olivera, de Sancti Spíritus—. Lo aprendido en el Joven Club me permitirá estar mucho más preparada para ese futuro ya a las puertas».

Habla así de su experiencia desde hace poco más de un año en el aula que aunó a un grupo de adolescentes espirituanos amantes de la computación. Con los saberes adquiridos y su ingenio logró crear dos aplicaciones relacionadas con el ahorro de la energía eléctrica.

«La primera tiene un fin educativo, ya que reuní mucha información sobre el tema y gracias a varios botones puedes ir conociéndola. Para que no resultara monótona diseñé un juego con preguntas y varias posibles respuestas, pero solo una es la correcta.

«La otra APK es una simulación de un interruptor eléctrico. Parece muy sencilla, pero fue hecha con Arduino. Sirve para encender o apagar un LED a través de una conexión bluetooth».

Sus aportes son un resultado concreto en predios espirituanos de la labor de los Joven Club de Computación y Electrónica (JCCE) en su constante relación educativa con el uso comunitario de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). Por eso mereció la condición de Relevante en el 15to. evento virtual nacional Infoclub 2021.

«En los encuentros no solo hemos aprendido desde la teoría para poder programar, sino que ya hemos interactuado con drones y el nuevo kit de robótica que llegó a Sancti Spíritus, y eso me tiene muy entusiasmada, porque podré mejorar mucho mis habilidades, así como aprender de otras áreas. Aún no me decido qué carrera universitaria estudiaré, pero sea cual sea estaré mucho más preparada para ser una profesional en una sociedad que un día estará totalmente informatizada».

Jugando se aprende

Un joven instructor del JCCE en el municipio de Sancti Spíritus, Ariel Alejandro Suárez Quintero, ha sido testigo de los avances significativos de Melanie y el resto de los estudiantes del aula de robótica. Ha sido uno de los responsables de enamorarlos en esa disciplina, gracias a un proyecto de país que inició durante los meses fuertes de la pandemia en La Habana y ya se extiende por toda la Isla.

«Se trabaja desde edades tempranas, a fin de prepararlos para un escenario que ya es inminente, donde la automatización y la informatización de la mayoría de los procesos será una realidad. Para profundizar en esos saberes recientemente recibimos un kit de robótica y dos pequeños robots educativos llamados Tobbie y mBot».

Ambas herramientas llaman muchísimo la atención cuando el JCCE las presenta como una de sus novedades. Sus habilidades mueven la curiosidad de quienes conocen sobre el tema o sencillamente se deslumbran por los simpáticos robots.

«Tobbie es tipo araña, con seis patas. Tiene dos motores, uno para mover la cintura y el otro para las extremidades. Cuenta con dos modos de funcionamiento preprogamados: seguir cualquier objeto que se coloque delante de él y moverse evitando obstáculos, gracias a su sensor IR. Exige el montaje de todas sus piezas desde cero, por lo que es una forma amena de familiarizarse con la mecánica electrónica en general y la robótica en particular».

Por su parte, mBot —de la plataforma española Makeblock— ha sido diseñado para que desde las primeras edades se inicien en la robótica, programación y electrónica basados en Arduino y Scratch. Es robusto y permite ser montado y desmontado fácilmente.

«La impartición de clases en nuestras instalaciones que acerquen a los menores a las nociones elementales de la robótica y la automática estimula sus capacidades cognitivas, como aprender, prestar atención, memorizar, razonar, comprender… Además, incentivamos su interés por formarse en profesiones que fortalezcan la tan anhelada sociedad informatizada», detalla Suárez Quintero.

De la teoría a la práctica

Además de la interacción con Tobbie y mBot, así como con la APK que permite programar nuevas instrucciones a ese último robot, el aula espirituana es espacio para debatir sobre las tecnologías empleadas en la robótica, los tipos que hoy existen, las funciones de los robots en la sociedad y en renglones de las ciencias y la economía, cuenta el entrevistado.

«Nos queda mucho ingenio por explotar. Tras estudiar nos hemos percatado de que solo nos basta contar con un microprocesador Arduino y dos o tres componentes para innovar en herramientas que sean de bien para el resto de la sociedad, porque agilizan procesos y prestan servicios de dominio para muchos.

«En Sancti Spíritus contamos con varios ejemplos de personas que han sabido aprovechar esos saberes, como nuestro compañero de trabajo Roberto Felipe Castro, quien creó una máquina de control numérico computarizado, que permite construir, sobre diferentes soportes, trazados exactos desde una computadora. Y mira a Melanie Viamonte, con tan corta edad, lo que ha logrado».

El proyecto de robótica educativa que lidera el JCCE es una oportunidad para reforzar habilidades, y se nutre de las buenas prácticas de otras naciones.

Melanie Viamonte Sánchez vive enamorada de las posibilidades que ha encontrado a la distancia de un clic.Foto: Cortesía de la entrevistada.

 

 

 

 

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