Crear un hábitat submarino artificial que sirva como base para investigaciones de larga data es la aspiración de un proyecto impulsado por el nieto de uno de los mayores exploradores oceánicos de todos los tiempos
A Fabien Cousteau lo de ser «acuanauta» le viene de herencia. Desde los cuatro años buceaba junto a su abuelo, Jacques-Yves Cousteau, quien fuera pionero de las expediciones para conocer qué yace en el fondo del mar.
Fabien Cousteau, que ha seguido la tradición de su abuelo, ahora tiene un proyecto ambicioso, el cual implica vivir bajo el mar durante semanas —o meses—, a partir de una novedosa idea que espera materializar cuando reúna el dinero necesario para ello.
Se trata de Proteus (Proteo en castellano), una instalación subacuática que sería como «la Estación Espacial Internacional» del mar, nombrada en honor al dios homónimo de la mitología griega, la cual se ubicaría a una profundidad de unos 20 metros en un área protegida de las costas de Curazao.
El recinto permitiría sortear el límite de tiempo para estar en un hábitat submarino, ahora circunscrito a las horas que ofrece el aire comprimido en tanques para buzos.
De conseguir Cousteau su objetivo, no sería, sin embargo, la primera vez que se edifique una casa bajo el agua, pues precisamente su abuelo Jacques-Yves fue pionero en este campo en la década de los años 60 del pasado siglo.
El hábitat de Fabien, una vez reunidos los fondos, que se valoran en unos 135 millones de dólares necesarios para construirlo y operarlo, tardará tres años en completarse, y podrá ser capaz de albergar a una docena de personas.
Esa es una significativa mejora para los hábitats submarinos, que en el pasado han sido de tamaños variados, aunque nunca más grandes que un autobús escolar.
«La mayoría de los hábitats se construyeron específicamente para una misión o un conjunto de misiones», explicó Fabien a Forbes. «Nunca ha sido concebido algo para un período de tiempo más largo». Proteus es la respuesta.
Proteus está diseñado para ser modular, por lo que puede actualizarse y expandirse de muchas maneras. Esto permite una serie de vías de investigación, que van desde el descubrimiento de fármacos hasta la producción sostenible de alimentos o el estudio del cambio climático.
La estación incluirá una instalación de producción de videos, capaz de transmitir desde el océano en una resolución de 16K, según Forbes. Será, espera Fabien, una versión moderna de los especiales de televisión de los que fue pionero su abuelo e inspiraron a generaciones de exploradores marinos.
«Hoy existe esta percepción errónea de que todo el conocimiento es conocido», dijo por su parte a Forbes el profesor Brian Helmuth, un colaborador científico en el proyecto que atribuye a Jacques Cousteau la inspiración para su carrera en Biología marina. «Si quieres saber algo, solo tienes que buscarlo en internet. La idea de que todavía hay mucho por conocer se ha perdido de la conciencia pública. Y eso es fundamental para reavivar el apetito por la exploración», razona.
Relata Forbes que Helmuth conoce a Fabien desde 2013, cuando su colega Mark Patterson estaba ayudando a reunir un equipo para Mission-31, una excursión en la que Fabien vivió durante 31 días de 2014 en el hábitat submarino Aquarius, en los cayos de Florida. Del tamaño de un autobús escolar, Aquarius podía albergar a unas seis personas, pero con muchas limitaciones.
Proteus tiene como objetivo superar esos impedimentos. Mientras que Aquarius contaba con unos 37 metros cuadrados, Proteus tendrá aproximadamente 370 metros cuadrados, el tamaño de una casa grande. Ello permitirá equiparlo con un laboratorio, una estación médica, el estudio de video, los cuartos de estar y dormitorio e, incluso, con un invernadero hidropónico para que los «acuanautas» puedan tener alimentos frescos. La estación se conectará a la superficie a través de una línea que transportaría aire y comunicaciones.
La estación Proteus está siendo diseñada por Yves Béhar, fundador de Fuseproject, quien ha trabajado en creaciones que van desde dispositivos portátiles hasta cunas inteligentes y robots de seguridad.
Una vez construido, Fabien estima que tendrá un costo operativo anual de aproximadamente tres millones de dólares. Para financiar el mantenimiento de la base submarina espera contar con investigaciones de numerosos actores, quienes podrán «alquilar» el hábitat.
De particular interés para el proyecto es alentar la investigación farmacéutica. Este campo está muchas veces en manos de los científicos de las universidades, quienes recolectan y analizan miles de muestras recuperadas de los océanos. Pero un desafío para este tipo de investigación es que las muestras de organismos reaccionan a los cambios de presión y temperatura si se retiran del océano.
Proteus permitirá a los investigadores establecer contenedores tanto dentro como fuera de las instalaciones para que los científicos observen comunidades de plantas en su hábitat natural, sin «estrés». «Es un nivel de conocimiento que no obtenemos cuando nos apresuramos de un lado a otro, constantemente mirando nuestro aire», explicó Helmut a Fobes.
Se estima que solo el cinco por ciento de los fondos marinos han sido estudiados actualmente, número que se antoja escaso cuando vivimos la llamada era de la información. Si Proteus fructifica ese conocimiento podrá crecer de forma significativa. Fabien Cousteau espera lograr su objetivo.