¿Qué pasaría si fuera posible teclear directamente desde la mente? Algunas iniciativas tratan de dar respuesta a esta interrogante
Aunque todavía suene a ciencia ficción, siempre he pensado que es inevitable que el ser humano algún día interactuará con las máquinas a través de su cerebro. Quizá ese pensamiento, plasmado en no pocas novelas del género, ya no ande tan lejos de la realidad, pues las personas han comenzado a interactuar con las máquinas empleando su cerebro… y solo su cerebro.
Los resultados, por el momento, son limitados, pero lo cierto es que si este intransitado campo de interacción hombre-ordenador ha comenzado a ser explorado, estamos ante un fenómeno nunca visto.
Esto es lo que ahora mismo sucede: Facebook ha invertido dinero en un estudio junto a la Universidad de California, San Francisco (UCSF, por sus siglas en inglés), para desarrollar un dispositivo que permita al ser humano escribir mensajes o realizar acciones con un ordenador —entiéndase cualquier equipo computacional, como un móvil o una tableta también—, a partir del uso de sus pensamientos. ¿Suena de locos, verdad? Pero no lo es.
En abril de 2017, durante la convención F8, organizada anualmente por Facebook para presentar sus avances, Regina Dugan, vicepresidenta de Ingeniería y de Building 8 —la división de la compañía dedicada a la investigación y el desarrollo de nuevos productos—, lanzó una pregunta que dejó a los asistentes pensativos: ¿Qué pasaría si fuera posible teclear directamente desde el cerebro?
Entonces Dugan anunció lo siguiente, de acuerdo con la reseña del evento publicada por el sitio web de noticias de Facebook: «Estamos trabajando en un sistema que permitirá a las personas escribir con sus cerebros. Específicamente tenemos el objetivo de crear un sistema silencioso de habla capaz de escribir cien palabras por minuto directamente desde su cerebro, lo que es cinco veces más rápido de lo que se puede escribir en un teléfono inteligente hoy.
«No se trata de decodificar tus pensamientos al azar —agregó—. Piénsalo así: tomas muchas fotos y eliges compartir solo algunas. Del mismo modo, tienes muchos pensamientos y eliges compartir solo algunos de estos. Se trata de decodificar esas palabras que ya decidió compartir enviándolas al centro de conversación de su cerebro. Es una forma de comunicarse con la velocidad y flexibilidad de su voz y la privacidad del texto. Queremos hacer esto con sensores portátiles no invasivos que puedan fabricarse a escala.
«También tenemos un proyecto dirigido a permitir que las personas escuchen con su piel. Estamos creando el hardware y el software necesarios para transmitir el lenguaje a través de la piel».
Lo planteado por Facebook fue visto en su momento como un sueño de vaga realización, y la noticia pasó «al olvido» con relativa facilidad.
Sin embargo, hace unos días Facebook dio a conocer avances en su empeño, esta vez de la mano de la UCSF.
Resulta que la mencionada universidad realizó un estudio con «voluntarios humanos» que sirvió para desarrollar lo que ellos llaman «decodificadores del habla» capaces de determinar lo que las personas tratan de decir a partir de sus señales cerebrales.
El estudio, publicado por la UCSF en Nature Communications, y que fuera dirigido por el neurocientífico Edward Chang, se realizó sobre tres pacientes que padecen de epilepsia, a los cuales les insertaron directamente en sus cerebros «matrices de ECoG», descritas como «láminas de electrodos», un método altamente invasivo. Estos voluntarios, aclara el estudio, fueron pacientes que estaban siendo preparados para una cirugía.
Según los primeros resultados detallados en el informe, fueron capaces de recoger la actividad cerebral de los voluntarios del estudio mientras hablaban y, simultáneamente, decodificar lo que decían en un monitor. En estudios anteriores de este tipo había sido posible decodificar palabras de la actividad cerebral, pero nunca en tiempo real, lo que podría ser considerado un éxito si nos basamos en lo que afirma Facebook, que también publicó el estudio.
Los responsables de este proyecto aclararon que hasta el momento solo han sido capaces de que el sistema reconozca un número limitado de palabras y frases. Con el tiempo, afirman que su objetivo es decodificar cien palabras por minuto con un vocabulario de mil palabras, todo ello manteniendo una tasa de error de menos del 17 por ciento.
«Imagine un mundo en el que todo el conocimiento, la diversión y la utilidad de los teléfonos inteligentes de hoy sean accesibles al instante y sin utilizar las manos. Donde podría pasar tiempo de calidad con las personas que más le importan en su vida, cuando lo desee, sin importar en qué parte del mundo se encuentre. Y donde podría conectarse con otros de manera significativa, independientemente de las distracciones externas, las limitaciones geográficas e incluso las discapacidades y limitaciones físicas».
Este es el cuento de hadas con el que Facebook presenta sus avances en el desarrollo de los sistemas silenciosos de comunicación, a cargo de Reality Labs, la división de tecnología, realidad aumentada/virtual de Facebook, donde explican que, por ahora, la investigación está en curso y buscan restaurar la capacidad de comunicarse en una persona discapacitada con un impedimento del habla.
Lo siguiente en el proyecto, según Facebook, es fabricar una especie de auricular o «weareable no invasivo» que permita a los usuarios controlar la música o interactuar en entornos de realidad virtual/aumentada utilizando sus pensamientos. Aquí tendrían acceso a respuestas predefinidas que limitarían las opciones y ayudarían a decodificar los pensamientos, como un menú imaginario.
La cuestión estriba en que, si bien parece muy genial el desarrollo de esta tecnología, aun cuando llegase a ser de uso masivo y no invasivo en el cuerpo humano, ahora mismo la compañía detrás de este hito es Facebook.
Hablamos de la misma compañía que vendió los datos de sus usuarios a terceros, y atravesó varios incidentes relacionados con invasión a la privacidad.
Aunque desde el cuartel general de Facebook afirmen que este proyecto se toma «muy en serio» la privacidad, lo cierto es que luego de Cambridge Analytica la compañía de Mark Zuckerberg enciende alarmas cuando de datos personales se trata.
Facebook asegura que a finales de este año será presentado el primer prototipo de un dispositivo de comunicación que solo emplea los pensamientos, algo que, sin dudas, quitará la ficción y nos dejará la ciencia.
Pero más allá de dejarnos con la boca abierta y maravillarnos con este avance, acaso es necesario reflexionar sobre los nuevos escenarios a los que conduce esta tecnología.
¿Estará la raza humana dispuesta a permitir acceso a lo más profundo de su ser? Solo el tiempo lo dirá. Por ahora, en algún edificio que lleva por fuera un cartel en el que se lee Facebook, se trabaja en función de ello. Y no es el único proyecto. Elon Musk, fundador de Tesla, entre otros innovadores proyectos de tecnología, anunció que también pretende lograr este hito.
De todo lo que he leído y visto del tema, me impactaron las palabras de Nita Farahany, profesora de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, Estados Unidos, quien es especialista en neuroética, cuando dijo a la revista Tech Review: «Para mí el cerebro es el único lugar seguro para la libertad de pensamiento, de fantasía y de disidencia. Estamos a punto de cruzar la última frontera de la privacidad en ausencia de cualquier tipo de protección».