Los dispositivos portátiles se han diseminado rápidamente en los últimos tiempos, si bien muchas personas desconocen cómo alargar su existencia útil
Pantalla en negro con la máquina encendida, fallos en la batería, lentitud en el funcionamiento y bloqueos frecuentes en el sistema operativo son algunos de los problemas más frecuentes que sufren las computadoras portátiles o laptops, muchos de los cuales tienen su origen en los efectos del calor, el polvo y la humedad sobre estos equipos.
Estos tres ingredientes, tan frecuentes en climas tropicales pueden dañar el hardware de las máquinas, en algunos casos sin remedio.
Aunque unidos entre sí pueden ser fatales, también por separado resultan letales, e incluso a estos se adicionan otras causas de roturas, como los desniveles de voltaje eléctrico, que muchos creen que no dañan a estas máquinas por tener baterías, aunque en realidad constituyen un resguardo ante la falta de energía y no una protección como tal.
Además, al ser equipos con una alta integración de sus componentes, algo que no sucede exactamente así en las máquinas de escritorio, los portátiles tienen muy escasa posibilidad de reparación cuando se dañan componentes importantes.
Una de las causas más frecuentes de desperfectos es el sobrecalentamiento de las partes y piezas, en especial de la Unidad Central de Procesamiento o CPU por sus siglas en inglés.
Tanto la CPU como la motherboard o placa madre son los componentes que más calor acumulan durante el trabajo.
Si falla la CPU, se puede cambiar, al igual que el banco de memorias, pero los circuitos gráficos vienen onboard, o sea insertados ya en la placa madre, y de fallar estos habrá que sustituir la placa completa, lo cual además de conllevar un alto costo implica buscar una igual, del mismo fabricante y modelo.
Evite colocarlas sobre superficies que tapen los orificios y ranuras de la parte inferior y trasera, los que aseguran la libre circulación del aire que un ventilador interno acciona para disipar el calor. Ubicarlos sobre la cama, muebles de piel o tela, en el asiento de un auto o simplemente sobre las piernas —esto último además dañino para la salud—, contribuye a causar daños por sobrecalentamiento en el equipo.
Otro error frecuente es desactivar el ventilador interno para ahorrar batería, o mantenerlas expuestas a la luz solar o cerca de otras fuentes de calor como cocinas, equipos de refrigeración e incluso fuentes de respaldo o back-up.
Cuando la utilicemos sobre una mesa se le puede poner debajo de su parte posterior un libro para que quede inclinada y mejore el flujo del aire.
Pocas personas conocen que si la laptop está conectada a la corriente y su batería está cargada al máximo, los expertos recomiendan quitarle esta, pues además de exponerla a los vaivenes del voltaje, aumenta la temperatura generada y por ende se afectan.
Otro punto crucial es la limpieza del lugar de trabajo, así como evitar usarla en ambientes en los que el aire tenga muchas partículas en suspensión, como en medio del humo de la ciudad o en la playa, pues la arena y la sal suspendidas en el aire no resultan buena combinación para ningún producto electrónico.
Para limpiarla de suciedades acumuladas, si no cuenta con el atomizador (spray) adecuado para ello, es mejor utilizar un pulverizador para desalojar con aire a presión el polvo y las partículas acumuladas.
Una solución casera también puede ser mezclar a partes iguales champú y alcohol puro, y, siempre con la máquina apagada, con un trozo de tela que no desprenda partículas frotar con mucho cuidado las teclas, lo cual garantiza la limpieza por un lado mientras que el alcohol ayuda a secar rápidamente.
La humedad y en general los líquidos son los peores enemigos de los portátiles, especialmente porque su funcionalidad hace que su uso tenga lugar en ambientes donde estos son de uso común.
Es preferible tener cualquier líquido en una mesa distinta a aquella en la que está la laptop. Si se vuelca un poco de cualquier sustancia acuosa en el teclado, dar vuelta a la portátil para que caiga no es la mejor idea, pues en realidad posiblemente logremos todo lo contrario, ya que por la disposición de las teclas el líquido se acumulara dentro de ellas y volverá a introducirse cuando lo regresemos a su posición normal. Lo más recomendable es que desconectemos y apaguemos lo antes posible y le proporcionemos calor, ya sea con un secador o poniéndola al sol, para que la humedad se evapore.
Si se trata de bebidas con gas o azúcar, es posible que no quede más remedio que llevarla a un técnico para que la desarme, o nosotros mismos deberemos adquirir un spray desincrustante.
Estos equipos son igualmente sensibles a los cambios bruscos de temperaturas al pasar de un ambiente a otro, especialmente cuando se va de una habitación enfriada a otra con calor, lo cual puede hacer que por evaporación se acumulen partículas de agua minúsculas en los circuitos, y que al pasar por estos la corriente, entren en corte.
Si cambia de frío a calor, espere un poco a que su equipo eléctrico se ajuste a las nuevas condiciones antes de volver a encenderlo.
Otro elemento que se deber tener cuenta es evitar los golpes, en especial cuando la computadora esté trabajando, ya que esto puede disminuir la vida útil del disco duro y en último extremo dañar el panel de la pantalla, generalmente muy sensible.
Con respecto a la pantalla, muchos acostumbran a cerrarla cuando no se está trabajando, lo cual a la larga contribuye a debilitar la cinta de datos que la conecta al procesador central.
Lo más adecuado es dejarla abierta y colocar por encima de ella un paño que la proteja del polvo y algún golpe inesperado, y solo cerrarla cuando se vaya a guardar la portátil para transportarla de un lugar a otro, siempre fijándonos que no haya quedado nada en el teclado que pueda dañarla.
Otro punto importante es tratar de no tocar la pantalla, pues además de dejar los dedos marcados, obliga a limpiarla con más frecuencia, lo cual se debe hacer con la mayor suavidad para evitar oprimirla y que se corra la tinta que contiene.
También el teclado debe tratarse con más suavidad que en una computadora convencional, pues incluso los golpes más leves repercuten en el resto de los mecanismos electrónicos. Lo ideal, que además es favorecido por la disposición de las teclas, es deslizar los dedos sobre estas cuando se escribe.
Contrariamente a lo que muchas personas piensan, las computadoras portátiles, como otros dispositivos similares, son más resistentes que las de escritorio, pues han sido fabricadas por sus creadores con el objetivo expreso de ser utilizadas en condiciones hostiles.
Eso no puede llevar a descuidar medidas elementales de protección e higiene, en aras de garantizar una vida útil más larga a este tipo de equipo, pues es una realidad que su reparación es mucho más costosa y difícil.
En Cuba, como en el resto del mundo, estos dispositivos se han diseminado rápidamente, sobre todo en los últimos años, en versiones más compactas y livianas como las notebooks y minilaptops, más utilitarias pero que a su vez precisan de mayores cuidados.
Atenta también contra ello la inexistencia de servicios de reparación de estos equipos. Además, la falta de piezas de repuesto es un problema que impide solucionar la mayoría de las roturas.
Cuidar las portátiles es, por tanto, la mejor garantía para darles una larga vida y evitar cualquier daño en estas, pues hasta un simple «catarro» puede ser mortal.