Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Probeta

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

¿Ha visto un ligre alguna vez, o al menos conoce de qué animal se trata? De tamaño y belleza impresionantes, los ligres son el resultado de cruzar un león con una tigresa y, hasta ahora, solo se han logrado en cautiverio justo cuando comparten el mismo hábitat.

Del padre hereda la melena y las dimensiones corporales (pueden pesar hasta 450 kilogramos y medir más de tres metros de largo), mientras que de la madre proviene la coloración rayada y su patrón de pelaje.

Felino sorprendente, con dotes magníficas de depredador, se comportan como seres solitarios, igual que los tigres, aunque en algunos casos se han detectado rasgos de sociabilidad propios de leones. En realidad, heredan hábitos y métodos de comunicación de ambas especies progenitoras: rugen como un león, pero pueden emitir sonidos exclusivos de tigres…

La mayoría nacen estériles, pero su descendencia ha sido posible en ciertos ejemplares, cuando una ligresa se ha apareado con un tigre, resultando un ti-ligre, o con un león, naciendo un li-ligre. De este último, consta que el primero nacido fue en Rusia, en 2012.

A la inversa, se han cruzado tigres con leonas para obtener el tigón. De menor tamaño y más estilizado, con patas y cola largas y, por tanto, con menor atractivo para los curiosos.

Ambos «experimentos» han provocado debates, porque ética y científicamente se cuestiona mucho la necesidad de intencionar estos híbridos. Desde hace millones de años, los tigres y los leones viven en ecosistemas diferentes. Su cruce es completamente antinatural, y responde exclusivamente al interés del ser humano de desafiar la naturaleza y hallar motivaciones de asombros.

 

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